Tercera opción [Fragmento 25]
...
una sonrisa de media luna en la puerta. Alcanzó a leer en esos labios afilados y provocativos. «Bienvenido a casa, Hund». Salió de espaldas a la calle. Fuera había dejado de llover, y una tímida luna comenzaba a asomarse entre las nubes. La vorágine de acontecimientos lo tenían confundido. Venían todos los malos recuerdos a su memoria, como abejas a la miel. Uno a uno se iba encontrando a cada sabueso. Aparecían cuando menos se lo esperaba.
El pavimento de la calle desprendía un olor a frescor pero no sólo por la lluvia, esa madrugada llegaría la sangre al río. Y no sería la suya. La tercera opción era ya un mantra vital. La noche más larga para una vida tan corta. La vida de sabueso.
Se puso a correr hacia el lado contrario desde la casa y