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A contrarreloj [Fragmento 28]

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apuntó a Hund tan despacio que parecía grabado a cámara lenta: un duelo al estilo Far West. El italiano sonrió a Hund cuando Ascuas encendió de nuevo su soplete, segundos después de retirarlo. El gorila había tensado el abrazo de la pistola, aunque su actitud era de lo más calmada posible.

«Tres sabuesos: dos italianos y una rusa.» Tres modus operandi distintos. Tres tácticas de combate a intercalar en pleno apogeo de puños, balazos y acrobacias. Tenía esa mala costumbre de adelantarse a los acontecimientos. Una mala costumbre que le ha llevado a predecir futuros no tan lejanos al 98% de su totalidad, teniendo un mínimo margen de error y acertando 3 de cada 5 movimientos supuestos por cada enemigo combatido.

Cuando la mente se acostumbraba a leer, nada más mirar a los ojos de la gente se podía intuir pensamientos, acciones, reacciones. «Todo se guarda en la oscuridad del alma», le solían decir de pequeño. Las pupilas no son traicioneras cuando ven luz o cuando la dejan de ver. Son la ventana al alma, se suele decir. Y si la oscuridad te la enturbia, se llega a ver.

Hund no perdía de vista al italiano delgaducho, en largas distancias. Le llamaban el Arpón porque sus balas tenían a modo de detalles grabados unos dientes que una vez impactaban contra la carne, desgarraban. A su compañero, el Sentenciador. Era un fanático religioso que ejecutaba en nombre de El Ojo siguiendo las antiguas escrituras de la célula y la filosofía de la Inquisición.

Era una pareja singular a la par que inolvidable. A uno le gustaba el cuerpo a cuerpo, «corpus christi revalorizado», una manera de ejecutar tomando la forma del Santo Redentor y las decisiones divinas de »limpiar la estirpe de almas impuras«.

 ¿Qué pasa, Hund? ¿Son tiempos difíciles para retirados o es que te has meado encima al ver a dos italianos...? hizo un leve movimiento de cabezay de una belleza rusa.

Hund hizo un amago de sonreír. No le salió. Si le vacilan siendo la presa, ya enseñaría los dientes cuando fuera a la yugular. No tenía empuñada ningún arma pero ya sabía como ingeniárselas para ganar tiempo, pero jugaba a contrarreloj y en sus ojos se revelaban sus intenciones.

Hund esperó porque el baile lo comenzaría quien perdiera los nervios, y así fue pues

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[La Mamá de Guille: tiempos y difíciles]

<<jaja, no, ¿qué ha pasao? --- sígueme el rollo>>

L O+ L E Í D O · A Y E R

Maiduti

Se ve luz al final del túnel, se ve, Se ve a Maiduti aclamada por su envés: no la juzgan por su portada, quiere creer. Un nuevo deber en la agenda apuntada. Avanzan los pasos, los logros quedan cerca. Brindemos por los "ligeramente". No saborearemos el oro, pero en bandeja de plata yo se lo pondré. Se ve luz al final del sueño, se ve, del punto y coma duradero, a los tres. El continuará como dolor de barriga: podré decir que lo intenté.  ANTERIOR ["Inktober de Poemas: 4 de octubre: Maiduti"] SIGUIENTE

Buscando.

Me di cuenta tarde. Estaba efectivamente buscándote entre la gente. Tantos datos que me diste de ti y nadie coincide contigo en la calle. Temo siempre por distraerme y encontrarnos sin saber que lo hemos hecho, por eso miro a todos lados, antes de cruzar. Al frente si el semáforo está en rojo. A la muchedumbre si parece inmensa; busco quien destaque de entre la marea. Pero luego me doy cuenta de lo absurdo que todo parece. ¿Se estará dando cuenta alguien de este ridículo que estoy haciendo? Pero si nadie se percata, yo te seguiré buscando.

Hineni

Esa mirada que se esconde entre el cárdigan de tus palpitaciones y los soplos de a quien lanzas corazones es la que me intriga.   Andas siempre sonriente, con unos luceros como la noche observándome ¿qué es lo que pensaron entonces?, me pregunté ¿cuando aterricé sobre esos lunares buscando placer y encontré a dos estrellas fugaces esperando a otro viandante? No lo sé.   Hay satélites ambulantes que buscan dónde resguardarse de una soledad imparable, y buscan ubicarse, orbitando para fijarse en sólo una presencia inapagable como tú.   Pero dudo que estos hilos nos juntasen así que velo por tus sueños, desde tu olvido, y admiro desde otro sitio que esos ojos bonitos, amen a quien amen, encuentren un destinatario fiable. Esto es sólo un mensaje desde un dudoso remitente allá donde te encuentres, si me necesitas aquí estaré.  [ 29 de octubre con: CÁRDIGAN. Aportación de E udyptes] POEMTOBER SIGUIENTE

Nunca la misma; siempre diferente

Inmarcesible Que no puede marchitarse. Siempre el mismo discurso que no marchita, las mismas palabras cansinas, arrastradas, casi automáticas, sin ser románticas, siempre el mismo augurio, las mismas resignaciones prescritas, los mismos focos sobre la misma mirada de ojos: la nostalgia de poder haber sido otro quien se comiese el marrón. De los tiempos donde una se engañaba a sí misma y el reflejo le decía que no, que no eran buenos tiempos para sentir afecto ni pedir cariño, o la herencia, o la querencia en la que siempre se queda, esa estancia de indiferencia, no hay ventanas, sólo espejos y a caminar a tientas. Siempre es el mismo sermón inmarcesible en sus renglones, jugando en los laterales, recortando los bordes, sin ser extremistas opuestos, siempre conociendo las reglas, los juegos sucios, los trucos, temiendo los ases bajo las mangas, los puñales por la espalda. Siempre es el mismo resultado para quien juega en casa. Sin embargo nunca es la misma persona quien ...