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Mostrando entradas de noviembre, 2019

Te lo tenía que decir

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Parece que siempre he pensado en ti, pero al no tenerte aquí, pensé en mí y vi que necesitaba un momento de parón en el ring. El tiempo colapsaba a mi alrededor, pero no lo vi, me llamaste la atención y fuiste a por mí, hice el descenso, y no puse el freno, caí, me invitaste a darme un respiro, vivir e hicimos un parón. Ajustaste el tiempo, me diste otra oportunidad, y conseguiste leerme entre líneas, castañearon de angustia y lágrimas mis palabras. Lloví. Pero ahora sé que podré apoyarme en ti, pero este billete tiene la misma ida que vuelta, y lo mismo te digo a ti: siempre que me necesites, grítame, di, hay hombros que pesan, y desde aquí te digo que parece que pensaste en mí, porque me diste apoyo y respeto y sé que contigo me estoy empezando a querer. Muchas gracias. Te lo tenía que decir. Fotografía de VICTORIA HOMBRÍA CORNEJO. Leioa, Universidad del País Vasco. Agradezco el tiempo que se toman las personas que me escuchan de verdad , que cogen una s

Tenue adiós (火垂るの墓 Hotaru no Haka)

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La noche cae completa, entre una lluvia de luciérnagas , la risa de una niña que me hace sentirme vivo, todavía no puedo perderla. El día se hace ameno, las tardes suenan a peligro, hay sollozos entre el centeno, yo sólo espero mi último hálito. La resignación es lo de menos, capturar esa sonrisa que me mantiene con la fe en el pecho, estaré aquí cuando vuelvas. Yo sólo quiero iluminar estas tinieblas. El dolor no cabe en este agujero, hay golpes que me duelen menos, hay orgullos que cubren de cenizas tu tumba, no hay candelas que mantengan cálido tu recuerdo. Tuve un propósito a seguir: mantenerme izado por ti, pero cuando te fuiste, no tuve por quién más sufrir, no pude resistir, te guardaré aquí. Fue un honor desvivirme por lo que defendí, mas si no doliera hasta las entrañas este peso que llevo sobre mí, justificaría mi acto de servicio como valiente, como una justa vida que perdí. Tenue adiós. La tumba de las l

Desastre incluso al fallar

Sabes tan bien como yo que hace tiempo que no sale palabra de esta boca, que tanto calla estando rota, que poco aguanta cuando no callan las voces, y en lo público no da lugar a la queja, y muy tarde, como siempre, necesita crear algo que a la lágrima se asemeja. Sé que no me expreso bien, pierdo fuelle, cambia el puerto de muelle me falta un faro que guíe mi travesía, pero ahora me siento un buque encallado, por las olas, silenciado, por la marea gris, ahogado, Llevado, llevado... ¿adónde vas, Marinero ? A este poeta le falta pulso de libreta, un poco de conocimiento suelto en la cartera, un libro en la guantera, palabras en su diccionario, le falta aplicación en el trabajo de fin de carrera; me falta Morfeo, me deja Inspiración por irse cuando realmente necesito su apoyo y atención... Otro desastre de colaboración. Necesito estar en onda saturniana como solía estar: en mi caos, pero organizada. Sé que mientras escribo me como palabras, pongo peros y me pongo pe

Notas a pie de página

Hay minas de ocurrencias sin pulir, «sólo hay que saber verlas, y minar», pero hay falta de minero cuando no hay candil, y en la oscuridad cuesta saber mirar. Hay que saber colocarse la herida, para no sufrir. Por eso apunto las pequeñas cosas en la mente, lo traduzco a papel, lo paso a limpio, y humanizo a la gente. Hay que saber los cuadernos que gasto, cualquier lugar, cualquier nota es un santuario, reconozco que no tengo tiempo para tanto hallazgo, pero creo universo con serendipias a diario. Hay circunstancias que entre pompas suenan, «donde menos te lo esperes, ahí vengan» las bellezas más extraordinarias cuentan las historias jamás contadas, sueña que es un poema sin erre, ni be, ni ele, pero le cuesta, saber que hay uve y hache y ce, que es el paso de la marca de prestigio personal, pero corre por el corredor y detrás de la capa una coma, una Zeta, pero un final con una nota que pone: «continuará».

Quedarse a cuadros

Por casualidades de la vida la lluvia se hace amiga cuando el paraguas viene volando, por razones graciosas, que se van aprovechando, se agradecen los detalles. Es breve la reflexión que me hago, filosofando, con tono cantarín a pesar de la que está tronando pues es un agradecimiento a Vego que me regaló un paraguas con cuadros, el pobre, universitario y abandonado, que nunca más fue reclamado y apadrino bajo mi brazo; ahora ya parte de mí. A Vego , una de las muchas mujeres de la limpieza de la universidad UPV/EHU, pero sobre todo buena persona .