Entradas

Mostrando entradas de abril, 2019

"Pollo muerto, no pía."

"Pollo muerto, no pía." Guiaba el cura en la España franquista. Y a un familiar se lo llevaron al paredón. Con miedo a que no volviera, la Hortensia echó huevos y amenazó de muerte a un falangista. "Como no vuelva (a quien os lleváis), Juanito, el día que te encuentre, te cojo, te pingo y te tiro al Duero." Hay que echarle huevos. Y la Hortensia los echó. El familiar subió a la camioneta; pero volvió. No es sólo un relato; es un hecho. Una realidad desde la perspectiva de quien lo vivió. No olvidemos lo que se vivió antaño. No queremos que la represión se repita. La memoria histórica está para algo. Aportando mi grano, me uno al #VotaCoño, que estamos que nos la jugamos mañana. [Fragmento integrado dentro de un proyecto real por Victoria Hombría Cornejo © .]

Padre Tiempo.

Imagen
Padre Tiempo.

Marcapáginas

Pronunció mi mirada con su sola presencia. Era un duelo de miradas, de visos, de querer y quiso. Declamó versos de sus labios, ambos aceptamos ser sumisos: rimó guiño y párpado. Puse trufa a la estrofa; salté de párrafo relamió cada sílaba como si fuera dulce agrio, quiso querer y quiso. Interceptaba mis palabras, recorríamos el mismo camino. Dedicó un espacio al tiempo que nos llovía despacio. Fue una tregua de abrazos, de leer y ser leído. Anotó en un renglón lo que quería hacer conmigo y jamás se le olvidó, esperaba el despido. Él fue rosa, yo su libro, intercambiamos miradas tocó atardecer, sonreí a su partida, con decoro, adornó el camino, pusimos fin a la sílaba, la dejé contigo. Feliz día del Libro y de San Jorge.

Volveré.

Me preguntó si volvería, pero yo le dije que ni siquiera me había ido. Me miró impasible; no dije nada más. Miré al horizonte: el ocaso marcaba la hora de marcharse. Me giré para mirarle por última vez y le deseé que todo fuera bien. Para cuando me quise dar cuenta, ya estaba empezando a llover sobre nosotros. Me aconsejaste que ya era momento de partir. Así que di un beso a la fría lápida que se te dedicó y me fui.

Paseo "pseudo-matinal"

Imagen
En San Adrián de relax.   Un largo viaje, con tarde en el salón, en San Adrián estoy.

El Saber Escuchar no ocupa lugar.

De cuando en cuando, a veces, por golpe de suerte se te empuja y no pierdes un bus por los pelos de un calvo. Conoces y te encuentras con un pasajero con el que coincidiste hace tiempo y hacéis de la hora y tres cuartos, un suspiro hablado. Ponéis en orden el mundo, empezando por las circunstancias generales del páis, pasando por el fin de semana y de ahí, al tema metereológico que nunca falla. Acabas conociendo a alguien que si llevaras cascos, no te pararías a hablar en la vida (o sí), y simpatizas con aquél que te duplica o triplica la edad, por el mero hecho de (saber) escuchar y hablar. Y acabas despidiéndole como si le fueras a ver mañana; y al conductor del autocar le agradeces que esperara por no perder una pasajera. A personas así "hay que mimarlas", o al menos agradecer a las circunstancias que te hayas podido cruzar con ellas. Al conductor del bus de vuelta y al pasajero del asiento 20, Julio Pascual. Gracias al primero por esperarme, y al segundo por

#Cuéntalo porque ellas no pudieron

«Tengo 19 años. Universitaria. Mi mejor amigo confunde amistad con algo más. Conozco chico a 2 días de casarme con él. Mi mejor amigo me mató frente a los ojos de mi madre diciendo que "si no iba a ser de él, no sería de nadie".» _Lo cuenta Melanie Guerrero porque Arlette cumple dos años desde su muerte. «Soy niña pequeña y estoy jugando con mis primos. Un hombre de 38 se me acerca con una camioneta y me secuestra. Me viola y me mata. Me desnuda y antes de enterrarme bajo su jacuzzi, intenta limpiar mi cuerpo. Tira mi ropa por el inodoro.» _Osism @FunDaCat lo cuenta porque Yuliana no pudo. ... Lo peor de esto no es sólo que haya ocurrido, sino que ocurre. Cada día más y con más frecuencia. Y no lo quieren ver que donde no hay ley contra la violencia de género, no hay protección. Por las que se fueron, y tristemente, no volverán. #Cuéntalo no es una tendencia, es una realidad.

Sentirse nueva

Imagen
Sentirse Nueva [Samarin's Art Studio] Sumergió su cabeza entre la espuma. Sentía disiparse como la neblina temprana de por las mañanas. Luego cerró los ojos y hundió su cabeza junto a su cuerpo. Oyó el latir de su corazón desbocado bajo las aguas, casi termales. Su sauna personal clareaba cualquier mal que la recorriera entera. Olía a tranquilidad, y degustaba esa fragancia.

Si yo te recuerdo

Imagen
Cuidado, me susurraste, Si las nombramos, no desaparecen. que yo pude haber sido una de las muchas que no van a volver. Cuidado, me aconsejaste, que ella no quería desaparecer. Pero para mí seguía en mente, la recuerdo como si fuese ayer. Somos nueve mil mujeres. ¿Y si volvieran las desaparecidas, cómo se le habla al desaparecido? , preguntarían los versos de Maná. De diez en diez se nos van, ¿adónde van...? Ya no volverán. Pero si yo te recuerdo, por mi parte, no desaparecerás. Por las personas desaparecidas, en especial las mujeres mexicanas.

Nadar contra mí.

Otra vez la misma opresión remota que me confunde como terremoto, que me ahoga. Otra vez esa extraña angustia que puja en auge por salir, pero acaba yéndose por el desagüe. Otra sensación de no pertenencia que me golpea, que me niega enfrentarme a mi reflejo. Otra y otra vuelta. Me desquicio. Me quedo quieta. Desisto, miro al techo. No está la puerta abierta: Morfeo no está de guardia hoy. Hay que saber nadar para enfrentarse al espejo, me dije convencida. Pero es la misma lección que nunca aprendo. Ahí, suspira mi cuerpo. Aquí palpita cada poro y ninguno grita; todos en silencio.  

Abriles y novedades

La Ola, puzle, Carmen en la balada, versos callados.