Reflejo roto [Fragmento 24]
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desmanteló sus deseos de ponerse guapo para la foto. Es más, fue tal el miedo que inculcó en él, que lo dejó con los pelos de punta. «Qué demonios era eso...», pensó antes de ver ensartado el filo de un cuchillo de sierra de pan en su garganta.
—Di pa-ta-ta— tronó una voz ronca mientras lo miraba a los ojos en el reflejo del espejo roto por el impacto de las balas.
Quebrantahuesos soltaba gorgoritos indescifrables mientras de su cuello salía a borbotones sangre. Acto seguido, Hund retiró el cuchillo raudo. Y antes de que cayera de bruces contra el suelo del piso, le pintó una cruz invertida en la espalda del traje con la sangre que quedaba en el cuchillo.
Le había despertado su lado más ejecutor. Se percató de ello y se asustó a sí mismo. Soltó el cuchillo al verse desfigurado en el espejo. Era como si el mismo Demonio le hubiese poseído por unos instantes. El modo de ejecutar se parecía al de Honey B, una sabueso que embadurnaba a sus víctimas con miel para que "tuvieran una muerte empalagosa". Sus víctimas morían agujereadas con diferentes utensilios de cocina.
No sabía por qué había empleado su mismo modus operandi en esa ocasión. Pero agradeció que le saliera a pedir de boca. Cayó en la cuenta de que cualquier sabueso podría llegar a esa casa. Tenía que salir de ahí.
Cuando comprobó que tenía todo lo necesario para irse notó que había una tarjeta sobre la encimera de la cocina. «Esto antes no estaba aquí». Y antes de fundirse de nuevo con la oscuridad vio