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Mostrando entradas de febrero, 2019

Noises Bo!

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Black Swan, Cisne Negro Obsesión. Ansias que recorrían mis venas. "Eso era, sí, eso era." Ganas de ser perfecta. Jugando con tus blancos y mis ojos en sombras, escondiéndome en los focos y los negros de las plumas, aquéllas que me preceden cuando me siento decidida a actuar. Reflejos. Son mis alter ego sonriendo, carcomiéndome por dentro: "Quiero salir, quiero salir. Huir de aquí. Sí. Eso quiero." Recoger las alas, plegar la calma, despegar irradiada, no sentirme irritada ni por ti, ni por tu envidia, tu regocijo, tu tergiversación, ni por mis dominios; quiero ser como ella: la locura perfecta. Obsesión. Girar, y girar, y no encontrarme con aquello que me hace brillar ante la incandescente luz: ilumíname. "Seré yo, seré yo. Seré la mejor." Aspirar a lo mejor, denigrándome, y anteponiendo mi superación, mi futuro, sin tenerme en cuenta ni conmigo, ni sin mi pasado. Soy toda imperfección. Soy el rostro

Caso cerrado

Hay diálogos que no veo, los siento, pero no me atrevo a tocarlos. Los saboreo, pero se derriten en mis labios. Hay versos que no son pactos con ningún diablo. Son tuyos, son nuestros, son vivencias sacadas de mis cajones cerrados. Hay vidas que leo en esas cansadas ojeras, en tus brazos armados de fortalezas, en tus vendajes que cubren verdades. Hay sonrisas anónimas, a las que nadie les hace caso, mas en mi cabeza nadan, se posan en silencio donde las historias se relatan. Hay ventanas abiertas que apelan a mirar dentro. Colchonetas con chinchetas que me levantan si caigo, y me sujetan si vuelo demasiado alto. Hay quien pide fuego pero sin haber mecha. Y aprendes a no tenerlo cerca. Se esfuma la carga de soportarlo, en un parpadeo ya no lo oigo ni leo. Cerré cuaderno, escribí entre líneas, puse fin a su cuento. Hay palabras que no pronuncié en ningún verso pero aparecen tatuadas en mis adentros: viven, crecen, mueren, y dejan de ser un cabo suelto.

Ausente

Me acosté sumergida en mi poca autoestima y viví un trance. Colé los dedos por entre las rejillas, y miré a través: no estabas a mi alcance. Me disipé. Recorrí las brisas que escaparon de tus amaneceres. Los guardé en el desván, corregí mis deberes. Lo dejé estar. Colgué la capa, y sin alas, me eché a volar. Sacaron a relucir el testamento de mis miedos. Logré esconder el falso júbilo que gritaba hacia dentro. Me prestaron la pluma. Firmé. Palpitaba mi pecho, quería decorar mis adentros con abrazos: pero su ausencia era la misma y florida consigna que me hace mía. "Lo lograré", me repetía mientras caía. "Lo lograré", y sin embargo, con mi indiferencia me castigué. Terminé la partida con las luces al otro lado del umbral. Coloqué la soga y jugué a que tú me tirabas, yo ni me esforcé. Me llevaste a rastras, serpenteé. Suspiré resignada, no me lo podía creer. Escribí sobre la piedra: algo murió en mí. Las impresiones desperdigadas, el suelo hecho