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Mostrando entradas de julio, 2015

Broken

It's not what I'm thinking right now, is much more than it, It's...how I feel every day. How I'm surviving, how am I when everybody is smiling and laughing at something that hasn't got sense? Now I'm sad. Yes. And nobody is next to you to hug you. I'm glad with the people that give you cyber hugs, but they are far, far away from you. We are alone in this world? Yes we are. Now we should be brave, but it is not easy for me. Isn't easy for many of us. Every day! Every day we are living, we are suffering as well. Many people tell me to smile and have fun because there people that haven't got the way we are living. Am I been a selfish person? Am I stupid? I should be glad of the life I have... But I am not. When you...and no another person, are crying, or suffering you don't really care about the others. You just think in you, just because in those moments the person who needs help is you, no another person. I say this because now, one

55 años de muro

« ¿Y si el final de mi mundo es el principio de otro? Tengo la duda». Tras estas grandes cadenas mentales, que tienen aprisionados a mi pueblo, al barrio, ¿existe otro universo? Prometió un mundo mejor... Paz, calma, hemos de conseguir nuestros objetivos... « ¡Viva la revolución!», y todo eso. Yo quiero paz totalmente, no a cachos. Pero no se consigue. Son revueltas de revueltas; una especie de Guerra fría americana que te hiela la sangre al pensarlo... Oigo en la radio noticias de un muro que cae: ‹l a caída del Muro de Berlín›.    Hablan de la noticia con entusiasmo, y yo ajeno a todo eso, me alegro por la gente, por el hecho de que se haya derribado un muro que para mí ha sido siempre uno cualquiera, desconocido, distinto al que cada día al ir a dar una vuelta por el barrio veo, «o creo ver». Ahí plantado, sin más. ¿O es mi mente el que lo construye? Y años después se derruye. Siento un cosquilleo al pensar que « ¿es tan fácil, tras unos años, derribar un muro que te obstruye

Llueve

I. Llueve . Gotas heladas sobre el translúcido cristal de mi ventana. Gotas cayendo por el vidrio como un helado derritiéndose por la superficie del barquillo que lo sujeta. Sin hacer ruido, mas sí emitiendo una melodía deliciosa que adormece con tan solo oírla. Gotas dejando un rastro para indicar a las demás a que lleguen detrás. «Gotas de agua helada, nada más». Sopla el viento y me despeina; estoy asomada al ventanal, y miro al exterior. El ambiente es húmedo, no hace frío pero llueve. El mismo paisaje una y otra vez; esos árboles que en un tiempo -no tan lejano-, lucieron sus preciosos y floridos brazos que, cuyos vivos colores, alegraban la vista de quienes los mirase; el caminito semiasfaltado que conecta unos kilómetros más adelante con el siguiente pueblo; la carretilla de madera cuya rueda carcomida por las termitas, yacía en el suelo mojado… Nada ha cambiado ni lo más mínimo desde ayer. «No es un paisaje que guste a la gente: todo nublado; pero a mí, no me

Algún día seguro, no me acuerdo cuándo [Poema del drogadicto]

Rumiando mis tonterías mientras dos hablan lo suyo fumándose la vida dejando escapar el mundo. Cantan las canciones que no se escucharán en un futuro y aun así escucho, atenta quiero oír…   Y así tumbado me acuerdo de cuando miré las estrellas y comprendí que estaba solo ya todo estaba oscuro. No hay hachís que coloque este desorden ni heroína que perturben mi sueño pero sí una dulce coca que enfoque mi mundo. María no quiere verme en su infierno y aun así las anfetas son millón y medio de caramelos que amargan el aire que respiro. Luego está el humo del oxígeno que envenena el hilo en el que pingo como una daga afilada intento mantener el equilibrio. El opio de la vida me deja seco y tendido, y este olor a marihuana me deja drogadicto. E incendio el último papel con un mechero gastado calado hasta la médula las penas de loco azotado. Mis alas rotas mis pulmones, he