Todo reside en la resiliencia
Un reloj de cadenilla marca el tiempo,
un peculiar personaje se ajusta los quevedos
—¿Qué nos deparará el invierno?
¿Adónde evolucionaremos?
Son preguntas con la respuesta que no sabemos
son dudas que rezuman inquietud
en la búsqueda de la verdad nadie quiere acabar en un ataúd
por eso, ¿para qué evolucionar?
Siempre hay una piedra esperándote para tropezar
pero lo que vale en esta vida es transformar
seas fuerte o indecisa,
sólo sobrevive quien se implica;
por pocas personas ruge la ira de quienes resisten las ventiscas.
Es cuestión de adaptarse. Pues si el invierno viene frío,
las plumas crecen como abrigo,
y si en el agua se respira plástico hundido
es recurrente lo que más pienso:
—Piernas, para qué os quiero
se desarrollan; huid de vuestro peor enemigo,
sólo las especies que se transforman saben lo que es sobrevivir al contratiempo.
Miró de nuevo el reloj,
el cuco no suena, se ha quedado sin voz,
se ha quedado sin cuerda
el viejo funcionamiento le encadena,
y el misterioso personaje le homenajea:
—Ya has cumplido por hoy.
Adiós, viejo amigo,
otro más fuerte y más vivo
ante las adversidades, funcionará mejor.
[22 de octubre con: TRANSFORMACIÓN*. Aportación de La Indecisa]