Abrumadas
Esa bruma que empaña los cristales hace de este bosque que me rodea, mi tíquet de embarque
allá donde el barco encalle, ahí me quedaré
esperaré a ver la frondosidad de las zarzas, abriendo cada poro de mi piel,
y dejaré que la duda recorra tu espalda, y rezaré:
llévame pronto y que me entierren con hiel.
En esa oscuridad que hace de los escondites el refugio de lo desconocido
donde los miedos te susurran al oído,
me quedaré acurrucada como ovillo, en los paños del olvido
y cometeré el crimen y el suicidio, de mirar adentro del abismo, y preguntar si te han visto.
Déjame que las ramas entrelacen los recuerdos que tuve cuando los viví,
déjame que auxilie a esas almas sin amigo que vagan entre las lindes sin amparo
déjame que les indique el camino más largo
para que se conozcan a sí mismas, y dejen llover.
Déjales que aguarden en el porche junto con las reminisicencias,
que apunten en los cristales empañados, borratajos
y los leeré todos antes de que crucen el atajo
a un mejor barrio y vean las lilas florecer.
Y si me dieras el beneplácito
verías esa bruma que empaña los cristales,
verías el bosque enigmático y sus oscuridades
agarrarías con decisión mi tíquet de embarque,
y si te hubieras dado cuenta antes
sabrías que hay palabras que ya ni te dedico.
[26 de octubre con: BOSQUE Aportación de Bruma]