Atajos de teclado o caminos largos

Hay que tener coraje

para presentarse

en el salón de los cobardes

armado de valor y con la decisión en los ojos,

y venir a esta humilde sala y resistirse a ceder a lo que otros dicen

a negarse a pensar como lo que otros hacen

y a inventarse un camino para atravesar las fauces.

Y adelantarse a quien se creía el comandante

con el miedo por bandera, y el temor a flor de piel,

con los nervios como detector de estados variables

y con el castañeteo de dientes como banda sonora de tu viaje.

 

Hay que tenerlo muy claro

aún no sabiendo muy bien adónde vamos

que todo recto no es el mejor camino, sino el más largo

porque no se aprende a luchar contra los acontecimientos, sino a mirarlos

y ver cómo otros, que decidieron tomar ese atajo,

están ahora luchando.

Y si no estás en este camino, tardarás en comprenderlo,

mientras las aguas de tu destino clareen, estarás a salvo.

Y el día que se asemejen al firmamento, reflejado,

ese día entenderás por lo que estoy pasando.

[27 de octubre con: CORAJE. Aportación de Juliet]

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