Bajo techo
Alguien vuela sobre el nido del cuco, porque en el cielo no hay tejado que valga,
los mares son abiertos hasta tocar puerto, porque no hay puertas que cierren sus algas,
los girasoles se mueven con el vaivén del sol, y por la noche vals bailan;
hay enamorados que se desgastan en mensajes vacíos, pudiendo rellenarse con colores y diseños,
existen palabras que evocan novelas, Rayuela, es una de ellas;
pero no todas somos dueñas de los sueños,
hay goteras en los tejados estrellados, unos impresionan, otros son noches de acuarela,
alguien anda por los prados, entre colores llamativos y gualdos, tumbados durante la siesta,
o pensando. Alguien coloca pipas que no son pipas, que engañan a los ojos atentos.
Alguien viste de prada y la lectura no se critica por su portada, pero sí por criterios
hay trémulos que se pierden entre los delirios,
y hay personas como tú y como yo que apuestan por lo mejor:
abren la ventana de la buhardilla para respirar la brisilla de aire, y dejarse llevar como plumas.
[12 de octubre con: TEJADO. Aportación de La Chica de Van Gogh]