Reina por un día
Me sentía reina de todas las tierras; desde mi posición se veía el color rojizo del horizonte que cada tarde me recordaba que el ocaso traería la noche consigo. Pero mientras tanto yo reinaría desde las alturas.
—Oye, que es para hoy.
No me gustó su respuesta pero resignada le saqué la lengua y me tiré por el resbalín hasta llegar a la arena. Y luego se tiró ese piejoso que me había roto el sueño de sentirme reina por un día. Salí del campo de juegos y me despedí de los columpios…hasta la tarde siguiente.