Luz y Fer
Melancolía
Tendencia a la tristeza permanente.
Sólo había una amapola sobre el jarrón de papel,
colocó al lado de la colcha un dulce de crême,
decoraría con pétalos de rosa su acendrado cuerpo al
desnudo,
y por su parte acariciaría su piel.
Sólo había un lecho y de muerte no fue,
tiraría los dados, probaría suerte
apostaría sus ojos por verle
dejaría el juego sin terreno ni tapete
sería la luz; de su corazón, la Reina, subiendo por la
escalera de color
intercambiaría risa con melancolía, con dolor
y con Gloria, como Almodóvar, se recostaría en el
regocijo de su gozo.
Sólo había una persona en la habitación a oscuras
ella dormía plácida, con los ojos cerrados, bañada en
su locura.
Dos dedos, dulces traviesos pasearon tras su espalda,
era Fer a tientas y tinieblas
a ratos presa, a veces océano de rompecabezas.
Sólo se encontraba Luz y Fer en el panorama acariciándose las almas:
la una alumbraba de Fer, su pesar; el otro sólo la
besaba.