Mawfish
—Tiene gracia.
—¿El qué?
—Que lo llamen Mawfish con las pedazo fauces
que tiene ese animal… Jaajajajaj. Ay, de descojonarse. Si le tocas las narices
te pega un mordisco que te arranca de cuajo la cabeza.
Observé
a la persona a la que se refería aquel tipo. Tenía la inocencia en los ojos.
—Y ahora lo miras y parece un sensiblero,
pero tú tócale las narices y verás qué bien te quedas manca o coja o desnucada.
El tipo
al que nos referíamos me miró pausadamente, como analizando cada pigmento de mi
pupila. Notaba como si anotara lo que pensaba, que en realidad no era mucho más
que futilidades. Creí percibir en su mirada cansada pero profunda un brillo
amistoso. Entonces me sonreí. Miré al tipo que le observaba con descaro y le
dije:
—Igual a quien arranca la cabeza es a ti, por
gilipollas integral.