Tres, Dos, y Un final rico, rico, para toda la familia

Grimma empieza:
»¿Saben de la existencia de…
un niño astuto llamado Hänsel
y de su hermanita llorona Gretel?,
pero cuando se le enciende la bombilla, ¡niñas, incluso se puede pensar!

Su madrastra una impresentable
que siempre se los quería cargar,
de su padre un buenazo, un calzonazos
que no hacía más que obedecer
a quien hace tiempo, amaba

la mujer, de los niños se intentaba librar
como excusa, en el bosque les quería abandonar
a por leña, decían que iban,
mala rata, mal parida,
la madre de ellos, se quería deshacer
las cosechas no daban para cuatro
y mejor si tampoco para tres,
el padre sin rechistar
al bosque los cuatro.

A la primera, por culpa de los guijarros
no les salió bien,
pero a la segunda, con pan
en el bosque, los hermanos, se quedaron,

la casa de otra bruja encontraron
dulces, apetitos, caramelo
y  de condimento, muertos de hambre
Gretel comiose una ventana dulce,
Hänsel, teja a teja, el tejado deshizo;

la bruja olioles
y relamiéndose sus putrefactos labios
dijose:
Banquete de entrañados niños,
al niño lo cebaré
y me lo comeré
primero
a la otra como postre,
de segundo.

El plan de la bruja no acabó tan mal,
un plato humano cocinóse
su propio cuerpo en el horno, ardiose
olor a bruja muerta por todo el bosque
y los niños de regreso a casa,
su suerte llevose
a dos brujas mal intencionadas:
la primera era hechicera,
la otra simplemente malvada.

Y los tres familiares de sangre vivieron
felices, pero no comieron perdices
porque su pobreza no les daba
pero para celebrar el final de la maldad
te invitan al banquete
a comer brujas asadas
y sin perdices aunque felices,
para que te jodas
te darán con un plato en las narices...


Y colorín colorado, el cuento retorcido y justiciero se ha acabado.«


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