Volando [II].
Los ciegos quieren ver la luz de los
atardeceres
en el otro filo de la navaja, los pudientes y los enamorados
engañados no quieren ni ver ni oír
lo que se les tiene que decir.
Porque
viven encantados
en utopías idealizadas,
en jarrones sus consciencias
guardadas.
En una burbuja descansan alejados de la realidad.
Volando.
Volando.
Volando.