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Debajo de la mesa

Fijó su impasible mirada en el horizonte, el alba comenzaba a despuntar un día más en un verano tardío, que se levantaba frío como el muerto que tenía delante.

—¿Qué tenemos?

—De primeras un atraco que salió mal.

—¿Y de segundas?

El comisario se levantó sacudiéndose los hombros intentando desentumecerse, y chasqueó la lengua, sacudiendo un poco la cabeza.

—¿Quiere que le sea sincero?— nos entendimos sin cruzar palabra. Todo era un asunto de política, como todo en esta vida. Si bien era encubierta, a veces se negocia por debajo de la mesa del poder que sí que es visible para el común de los mortales.

—Todo lo que se diga aquí se lo va a llevar el viento mañana, inspectora. Más vale que haga uso de su grabadora que siempre lleva encima— señaló a mi bolsillo de la chupa de borreguillo que llevaba puesta. Asentí analizando sus gestos.

El comisario era ya un abuelo a ojos de los mandatarios; para mí un buen compañero, de los que escasean en este oscuro mundo donde nuestro oficio, por las acciones de otros impresentables se estigmatiza. El caso es que, el comisario sabía cuándo no se debía mirar bajo la mesa porque nos encontraríamos con ataduras y burocracia. Pero  cuando se empieza a revolver bajo revólver, rachear, husmear y encontrar es mi único lema. Mi fin justifica mis medios y eso lo sabían en mi unidad.

—El caso de Kenos, ¿cómo va?

—Impoluto de pistas, ya sabe… Poco avance, siguiendo las huellas que no deja. Casi esperando con resignación a su próxima víctima. —Me percaté de la duda que le rondaba al comisario desde hace rato— No parece ser el autor de este crimen. Kenos no se mete en política…

—Que sepamos…—el comisario se volvió a acercar al cadáver; la fotógrafa forense le hizo hueco. Le miraba la expresión de susto que tenía satinada en la cara. —Podría estar relacionado, inspectora, fíjese en los rasgos tras el rigor mortis… Parece como si hubiese visto algo horripilante…

—Pero no es el modus operandi de Kenos, no. Kenos sabe de antemano a sus víctimas porque sufren de quenofobia. Habría que comprobar en todo caso si este ministro sufría de lo mismo, por descartar.

—Mucha casualidad sería, inspectora, morir en una explanada como ésta y que Kenos no haya firmado este crimen, ¿no cree?

Estaba convencida que no era su firma, salvo que hubiese evolucionado… Pero no le pega, Kenos emplea el miedo del espacio cerrado y vacío. En todo caso la víctima tendría agorafobia, pero parecía más bien un asunto político que posiblemente se les escapa de las manos. Incluso parecía como si el comisario quisiera que fuera de Kenos por no tener que enfrentarse a lo que nos enfrentábamos: un asunto de poderes.

—Si no le gusta mirar debajo la mesa, comisario— señalé a mi equipo que se llevaran al muerto, nos marchábamos— no mire debajo de la cama. Puede encontrar monstruos.


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L O+ L E Í D O · A Y E R

Hegoak [ w i n g s]

@ ophelias_dream « Hegoak ebaki banizkion neria izango zen ez zuen alde egingo Baina horrela ez zen gehiago txoria izango » _ Mikel Laboa   [Si le hubiera cortado las alas, sería mía. No huiría. Pero si lo hubiera hecho, no sería más un pájaro]      Yo nunca fui mi pun to fuerte entre hoy, ahora y mañana la vida será otra,   las alas no más rotas las palmas ya sin cortes las zarzas sin espinas cortas las corazas fuertes como montes   Yo nunca fui mi punto de encuentro entre aquí, luego y allá me encuentro perdida,   los ojos no más rojos los labios sin morder los poemas de caza en cotos los mensajes sin responder   Yo nunca fui mi punto y seguido siempre puntos suspensivos y aquí estamos.  

a través

«Sólo se gana su libertad quien la conquista de nuevo cada día.» _Fausto de GOETHE me conquisto y abandero ¿mi revolución?: querer mi cuerpo entero, ¿libertad?: verme a través del reflejo, entre los escombros, guía la figura, atentas, miran las incógnitas, con ahínco, sopesa las sospechas: los cambios maduran y estrechan los lazos adornan y reflejan a Alicia, a la verdad tras la espesura, me resisto y desetiqueto ¿mi criterio?: personas libres ¿cordura?: soñar con delirios, descubrirme es un tesoro y las llaves en el mar profundo derrocho almíbar, ambrosía y amor, descubren contiguas, mis manos al sol, escuchan melifluas, miradas en rocío, recuerdos: escondidos en los dedos me premio y alabo me curo y me desquebrajo alzo el vuelo y aquí aparco: la huella de mi filosofía. 

pico tres-cientos (laladróndrón) [0304]

@ rebecafleur   Me cabrea tanto tu soberbia en la mirada no soy menos que tú cometes los mismos errores que yo es no hablar para que no te subas a la parra para que no me digas que soy una exagerada para que no me digas nada para que no me taches de lo que pecas para que no creas que soy de tu condición como un ladrón No estamos en el mismo saco. En tu liga yo ni salgo. En tu concepto, no ni valgo. Pero eres como él. Quieras o no aceptarlo, ya lo hablamos En cierta medida. Y aunque me digas que yo también es un argumento vago.  Yo elegí matar esa parte de mí. Y edificar otro campo allí. Sembré sobre quemado. Y así No seré lo que tú me digas. Así que borra esa sonrisilla.  Que a veces más que asco me das pena. Y no deberías simplificarte a tan poca cosa, yo creía en ti. En que llegarías a ser otra persona No tan poca cosa. Anda, hazlo por ti. No soy de tu condición. Tenlo ahí.

quiero ser un felino

  «Aprenderás a convivir //  Con las partes menos bellas que hay en ti [...]  Pero sí, de algo hay que vivir» _Aprenderás de Rigoberta Bandini estas mañanas para descansar de ti inquietud; no aquí. esa tranquilidad... dónde estará cuando se despierta la incertidumbre fuma inquietud y exhala nerviosismo, mejor no cruzarse con ella; quiero ser un felino... que no me rompan rotos ni descosidos que no me estorben humanos insustanciales ni creídos, que si molesten, arañe y sea bien visto, pero me tocó ser humana, y ahí vivo; esa paz... dónde quedará cuando sienten zen y zentauri no sale se escapa al ver a las cabras pelearse, mejor de ellas olvidarse, y existir.