Verde de envidia

Era una oruga que se cuidaba mucho con la dieta del ciempiés: cien días comiendo a pies juntillas una hoja de árbol a la savia cada día. Oye, no te creas que no adelgazó. Mantuvo tipito; ahora bien que lo luce entre sus amigas. Pero éstas la vacilan: le han puesto el mote de Fitófaga. JAAH, pues qué sabrán ellas, que no saben qué hacer con tanta orruga-orugosa. Mueren de envidia y no lo quieren reconocer.

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