Tal vez sí, tal vez no.
Tus ojos me invitaron a salir, pero me enredaba en todos los sobretodos,
en todos tus cárric, en todos los porqués, pero sobre todo,
me enredé en ti, en tus pómulos, en tus labios, en tu anís...
Me encanta que tu cuerpo esté sin legislar,
que las únicas opresiones sean los dedos que te satinan
buscan tu espalda para escapar
de mí y huyen para lejos naufragar
de aquí. ¿Adónde, a partir de las dos a, eme, las palabras van?
Tus párpados me permitieron besar, soñamos entre plumas, enredamos
me hiciste cosquillas con tus deseos, y contemplamos
bañados en oro nuestros cuerpos, amanecía el resplandor.
Me dijiste: mañana, ...repitamos.
Y tu tal vez dejó firmado:
Tal vez sí...o tal vez no.
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