Marcapáginas

Pronunció mi mirada con su sola presencia.
Era un duelo de miradas, de visos,
de querer y quiso.

Declamó versos de sus labios,
ambos aceptamos ser sumisos:
rimó guiño y párpado.

Puse trufa a la estrofa; salté de párrafo
relamió cada sílaba como si fuera dulce agrio,
quiso querer y quiso.

Interceptaba mis palabras,
recorríamos el mismo camino.

Dedicó un espacio al tiempo que nos llovía despacio.
Fue una tregua de abrazos,
de leer y ser leído.

Anotó en un renglón lo que quería hacer conmigo
y jamás se le olvidó,
esperaba el despido.

Él fue rosa, yo su libro,
intercambiamos miradas
tocó atardecer,
sonreí a su partida,
con decoro, adornó el camino,
pusimos fin a la sílaba, la dejé contigo.

Feliz día del Libro y de San Jorge.

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