El probador de espejos.
Se hizo el longuis
se percató de que vestido de traje,
atraía tantas miradas,
no niego que yo me distraje.
Pero el ego ciega al narciso.
Y casi como Gray, sus retratos hasta la muerte adoren.
Por eso él estaba más al reflejo
de su apuesta fama como probador de espejos.
Así que con su distraído arte,
se quedó bailando entre sus suspiros.
Ahí lo dejé: a los tóxicos, lejos,
yo cambié de objetivo y me fui a distraer con otros lirios.
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