Umbría Roja
Arrebol es...
el color rojizo de las nubes al ser iluminadas por los rayos del sol.
Disfrutar de Nocturnalia contigo
es como dormir encantado de haberme conocido,
saber que los dulces sueños los edulcoras desde tu sonrisa al ombligo,
hibernar en un profundo sueño del que no despierto, un desmayo casi onírico,
del que después no recuerdo, si la mano que me acarició fue gesto tuyo o mío...
Bajo los antifaces se esconden los ruidos
los que susurran en bajo que necesitan un abrazo tus ojos mustios
los mismos que decoloras cuando no nos vemos, nos marchamos
bajo los antifaces, con la máscara de oro de Schwob, lloramos.
Sin compasión el arrebol mancha de rojo culpable las nubes
nos anuncia mal augurio. Lo sabes.
Recoges tus prendas, tus galas, tus armas, de mí tiras, resbalas, me pronuncias, me eludes,
no te reconozco cuando me tachas de reo, de causante, de farsante e infractor.
De ser yo quien te dio la mano para que pudieras ser quien eres
pero veo que el plan fracasó. No elegí bien mi acompañante
fuiste peor que un corazón delator
palpitaste como un explosivo que te corta el aire
y cortarán mi cabeza al vuelo. Y estarás presente...
Me quemaste de mil maneras,
la primera: empezaste por mi corazón.
Cuerpo con cuerpo, ardiendo
todo lo que tenía dentro, consumiendo;
el beso, como Judas me marcaste en pos
me lanzaste a las fieras: de cruces contra el suelo, como El Redentor.
Y la última fue la más pérfida,
te hiciste víctima de algo que no pasó
te regodeaste en mi sufrimiento y te pasaron el fuego brujo,
"bruja" gritaban tus ojos. Sentí dolor. Quemas mi vida, soy cenizas para tu despojo.
Abandonaste en el destierro a quien no debías
pero la verdad se viste de fiera, es tu antifaz de mala pécora,
y la venganza se escribe con tortura de tinta china,
creí que lo aprenderías...
Pero hasta que llegue El Día, Nocturnalia esconderá entre las umbrías
a quien mengua y se adapta, a la que ya cortó con tus tonterías,
a quien es una y esencia, a la que si ha de ser, puñal te clava.
Pero no caeré en ese juego, las sombras ocultan mi cara,
las ascuas que me descomponen, juntas me alumbren y que de ellas salga
el vuelo que quema, Alada.
Empezó en rosa, lo enturbiaste a negro;
arrebol, marca trivial en mi cara.
La determinación es el color que quiero.