La niña del paraguas multicolor

...y vi a la niña del paraguas multicolor caminar hacia la aldea,
pero ella a mí no me vio.
Yo quise saludarla y aun así, no lo hice.
«Soy un idiota», pensé en su momento,
y sigo con ese puñetero pensamiento,
cada vez que la vuelvo a ver.

Ella es el alma colorida de este sombrío pueblo
donde sólo lucen las farolas de bombillas parpadeantes, cuando cae la noche;
y aun así,
sigue habiendo oscuridad.
Es un símbolo que nadie reconoce.
Camina río arriba... colina abajo, siempre, sin rumbo fijo.
Haga sol, llueva... lleva el paraguas consigo.
Sea invierno, sea otoño,
haga frío o calor,
ahí está,
la niña del paraguas multicolor.

Sigo pensando en lo tonto que fui al no saludar:
«con lo fácil que hubiera sido...y no lo hice...».

No tiene nombre…
es la chica a quien nadie le importa.
No tiene familia, ni amigos,
tan sólo ese paraguas colorido.
No tiene nada
y no quiere de nadie (…)

La niña ya ha crecido, tendrá unos dieciséis,
y yo, camino de los veinte.
La vuelvo a ver.
Siempre por el monte, bajando la colina, subiendo hacia el río
y retomando el camino a la aldea.

¿Verá que alguien le observa?
¿Se preocupará siquiera de que existen más personas y objetos a su alrededor,
y de que hay más rutas que recorrer
aparte de la que hace ella todos los días (del año)?
«No sé, no sé...».
Pero, la sigo mirando,
« ¿Y si me acerco, me verá?».

Nuevo día,
« volví a no saludar»,
soy un cobarde y no lo puedo remediar.

Distingo entre los matorrales, los alegres colorines de su paraguas
y sé que aquí de nuevo está.
Todos los días, a la misma hora, caminando tranquilamente sola,
caminando sin cesar.
Con la vista cansada, mirando sin mirar,
con sus ojillos tristes de indiferencia,
« no lo puedo aguantar…»

«Esta vez lo haré bien».
No dudo ni un segundo más,
y la sigo. No me oye al acercarme.
Estoy detrás;
pronto, se gira. No digo nada.
Ella mira dos veces de arriba abajo y se fija en el horizonte.
« ¡No soy producto de tu imaginación!».
Pero ella, se gira y sigue con su caminar.
« ¿No me ve? ¡¿Por qué no me ves?!».
Rápidamente, me adelanto y se detiene otra vez,
vuelve a mirar
pero esta vez, al más allá,
aunque, mire como a través de mí,
¿no me ves?
« Al parecer no.
¿Acaso ya no se acuerda de mí?
¿Tan pronto me olvidó o se quiso olvidar de mí?».
Súbitamente, me traspasa, y recuerdo, que soy para ella
un recuerdo infeliz.


©opyVICK, 2015.


[La niña del paraguas multicolor (2015)]

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