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Huida

  -Los pollitos dicen pío, pío, pío, cuando tienen hambre, cuando tienen frío…
  La niña canturreaba en el porche mientras agitaba en el aire una vieja muñeca de trapo ajena a problemas que envolvían su ambiente. Detrás de la niña alguien miraba al cielo con preocupación mientras prestaba especial atención a los oscuros nubarrones que se acercaban por el horizonte lejano. Anunciaban una tormenta especialmente fuerte para la noche.
  Alguien más salió de la casa e interrumpió sus cábalas con el tintineo de unos hielos en un vaso de cristal. Éste estaba lleno a la mitad con un líquido rojo como la sangre y estaba rodeado por los suaves dedos de un elfo. El elfo se sentó a su lado con un suspiro y dejó el vaso entre sus pies. Prestó atención él también a los nubarrones y suspirando de nuevo encendió un cigarro y le dio una larga calada. Ambos se quedaron largo rato en silencio mirando a la niña y las nubes, después el elfo dijo:
  -No has hecho bien trayendo aquí a la niña. Nos has puesto en peligro a todos.
  -Hice lo que debía hacer: le salvé la vida.
  -A la vez que has arriesgado la nuestra trayéndola al último lugar seguro que nos quedaba. Esta noche debemos partir hacia El Enclave. Si quieres salvar el pellejo, deberías quedarte allí una temporada- dirigió una breve mirada a la niña.- Son tres días de viaje y la cría puede retrasarnos.
  -Me da igual. No la voy a abandonar. En cuanto lleguemos a tu preciosa ciudad de elfos le voy a dar a elegir entre quedarse conmigo o ir a un hospicio; y sinceramente, creo que lo mejor que puede hacer ella es quedarse conmigo.
  La risa cristalina del elfo invadió un segundo sus oídos y sus puntiagudas orejas se dejaron ver a través de su suave melena cobriza cuando sacudió la cabeza.
  -Me parecéis los humanos una raza curiosa- dio una última calada al cigarro y arrojó la colilla.- Hay muy pocos que se preocupen más por salvar el trasero de otros que el suyo propio. Estoy sorprendido de haber conocido a alguien que no anteponga su egoísmo a los demás.
  -Tampoco lo hago por ella. Solo hago lo que me parece correcto. Tal como están las cosas en El Frente no me parece correcto que nadie inocente caiga en manos de la Alianza.
  El elfo no pudo hacer menos que asentir ante aquella afirmación, aunque con una objeción:
  -Aún protegiéndola tú, es vulnerable a las trampas mágicas que puedan tender los magos de la Alianza. La he estado observando a ratos y parece que tiene una especie de amigo imaginario.
  -¿Por qué iba a ser eso peligroso? La mayoría de los niños tiene uno a esas edades.
  -Claro que es frecuente, por eso también es uno de sus puntos más débiles: los magos pueden acceder a su conciencia sin ser percibidos y utilizar ese contenido a su favor.
  -Entiendo. Y habiendo sido prisionera de ellos es probable que tengan más fácil acceso a ello, ¿no?- El elfo asintió con un suave movimiento. -Está bien, luego hablaré con ella.
  -Luego no, enseguida. Partimos esta noche.
  La pequeña dejó de canturrear y bajó la muñeca. Sonrió al ver al elfo sentado en el porche y se acercó con la muñeca en brazos.
  -¡Hola, Travis! Me alegro de verte.
  El elfo no pudo evitar sonreír ante el encanto de la pequeña.
  -Acércate por favor, tengo que contarte un secreto muy, muy importante ¿vale? No se lo puedes decir a nadie.
La niña asintió con precaución y dio un tímido pasito hacia adelante.
  -Esta noche iremos de excursión a cazar estrellas, ¿quieres? -Ella asintió varias veces sin dejar de abrazar a la muñeca.- Bien, pues Necesito que subas arriba y prepares lo que vayas a necesitar. ¿Sí?
  Tras un nuevo asentimiento, la niña entró en a casa y se perdió escaleras arriba.
  -A mí los elfos me parecéis una raza bastante odiosa- dijo la chica.
  Travis se sobresaltó levemente y la miró con un silencioso por qué en la mirada.
  -Os  ganáis a cualquiera con vuestra cara bonita y vuestra suave vocecita. Sois unos formidables chantajistas.
***
  En una habitación de la casa, la niña metía en una pequeña mochila un par de peluches, una pequeña chaqueta de abrigo y un cuadernito con lápices de colores, cuando oyó un murmullo y alzó la cabeza como recordando algo de golpe.
  Tenía que avisar a Yomni de la excursión de aquella noche; en efecto el elfo y la chica no podían ver a Yomni porque sí resultaba ser un producto de la imaginación de la niña, por lo tanto, su amigo imaginario.
  La historia de Yomni era muy sencilla: un día mientras la niña era presa de las crueles torturas físicas y mentales a mano de esos desalmados de la Alianza, estando en el patio de la prisión, un niño se acercó a ella y le brindó su amistad. Al contrario que el resto de los niños, él no tenía la cara llena de lágrimas y mocos y tampoco vestía el soso y fúnebre uniforme de la prisión, si no que tenía una sonrisa en la cara y llevaba siempre unas ropas de colores alegres y llamativos. Ella trató de presentárselo a los demás niños, pero como no le veían, ni él dejaba verse, acabaron tomándola por loca y a partir de ahí pasó a un segundo plano para todo el mundo; tanto que consiguió fugarse una noche sin luna. Desde entonces ella sólo hablaba con él cuando estaba completamente a solas.
  De modo que ahora, aprovechando la ausencia del elfo y su salvadora, comenzó a buscarlo por la planta de arriba de la casa. Recorrió los pasillos y las habitaciones llamándolo.
  -Yomni, ¿dónde estás? Tenemos que irnos.
  No obtuvo respuesta y volvió a recorrer toda la planta.
  -Yomni, si no contestas te quedarás aquí y no vendrás a cazar estrellas.
  De repente oyó un crujido de madera a la vuelta de la esquina y con cautela un niño moreno asomó la cabeza. Al tiempo el elfo y su compañera subían por la escalera y los dos se quedaron petrificados con el espanto dibujado en la cara.
  La niña había caído en la trampa.
                                                                                                                             Esther Ochoa

L O+ L E Í D O · A Y E R

otra vez · F R Á G I L [13 · 12]

recubro el cuello con papel maché, encarno al cuervo en cada amanecer, encorvo el cuerpo, en ovillo me convertiré, retuerzo el mentón con lazos de envolver, encubro el miedo en cada aparecer, entrometo el manto, en tipi me construiré, arremeto contra él: lanzo bengalas que estallen, hago capitán al pensamiento más kamikaze y bombardeo cada poro que me represente, reconstruyo un mural que destruiré pinto cada teja del bullying que me tragué escupo ladrillos y piedras que en mi mochila cargué (re)destruyo un castillo que más tarde protegeré a·pilo bordillos y contestaciones que daré re·escribo en un librillo la historia que contaré adefesio, "contagioso", desprecio deambulando en soledad en los recreos semanas, meses me pasé contando mis miserias a las rayuelas en clase a nadie me acerqué ...años más tarde, herida de guerra, orgullo de ser funcional de primera y esta historia la recuerdo...otra vez.

mono

era un problema acuciante sin resolución tribunal una sola sentencia y el marinero se echó a llorar,   era una desgracia eterna que tenía opción a solucionar las comidas de cabeza lo hicieron naufragar ,   era una ola como querella que no quiso ni pronunciar pero el presente simple lo solventa todo y las películas tienen un momento para acabar.    Collab con: [elbúhonocturno] Temática / palabra: A C U C I A N T E [POEMTOBER 2024 - BEFORE << ACUCIANTE>> NEXT ]  

j(unto)s

  jung(la) de cristal en mi mente, un caos brutal en mi psique, una implosión mutua en mis manos, mi cuerpo en trazos en mis grietas, yerbajos prietos j(aula) de conocimientos en mi mente, ruido en mi psique, metanoia en mis manos, desestructuración en mis grietas, renacimiento jun(c)o divino en mi mente, calma en mi psique, reencarnación en mis manos, cascadas en mis grietas, flores variadas.       Collab con: [mtc] Temática / palabra: M E T A N O I A [POEMTOBER 2024 - BEFORE << METANOIA >> NEXT ]

Maiduti

Se ve luz al final del túnel, se ve, Se ve a Maiduti aclamada por su envés: no la juzgan por su portada, quiere creer. Un nuevo deber en la agenda apuntada. Avanzan los pasos, los logros quedan cerca. Brindemos por los "ligeramente". No saborearemos el oro, pero en bandeja de plata yo se lo pondré. Se ve luz al final del sueño, se ve, del punto y coma duradero, a los tres. El continuará como dolor de barriga: podré decir que lo intenté.  ANTERIOR ["Inktober de Poemas: 4 de octubre: Maiduti"] SIGUIENTE