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Sencillamente feliz.

Podría describir aquel día como el mejor de los paseos que he tenido junto con dos presencias que me aprecian y a las que aprecio tanto que se lo agradezco mucho. Podría decir que las zonas verdes por las que pasamos fueron los jardines más extensos y mejor cuidados de todo el entorno por el que me muevo. E incluso que el día fue reservado y hecho al detalle, por petición personal, como un diseño perfecto de interior que crea una atmósfera totalmente acogedora y habitable. Pero no fueron grandes lujos visuales, y sin embargo yo me encontraba tan feliz como la Reina de Saba conociendo a Salomón por fin. Feliz. Sencillamente feliz. Y es más, esa felicidad me inundó por dentro de tal manera que parecía extasiada, y Nadia me lo hizo notar. Íbamos los tres, recuerdo bien: Nadia, Pepe y yo.

Nadia iba vestida con un precioso vestido de color ceniza casi platino, que parecía que brillaba cuando los halos del sol, que entraban por entre las hojas de los árboles, sobre nuestras cabezas, se reflejaban en las pequeñas lentejuelas que decoraban su vestido. Además cubría su siempre sonriente rostro con un fular de color gris marengo claro que solamente le recogía su melena, dejando visible su frente y cejas. Sus rasgos faciales siempre tensados en su máxima expresión: su sonrisa más cándida y natural. Y sin embargo, a pesar de estar siempre sonriente, siempre para todos y todas, próxima a tantas personas, sé que es una heroína sin capa y sin título reconocido, y aguanta muchas cosas, y aun así nunca deja que la situación le abrume por ello.

Realmente me fascina. Me la quedo mirando mientras avanzamos y esperamos a que Pepe acabe de deambular por el parque. Nadia observa a Pepe como quien observa a un ser querido, con esa mirada de satisfacción al ver su evolución con el paso de los años, o sencillamente verlo crecer, seguir, existir. Es curioso, cuanto menos. Sí que sé que quiere mucho a Pepe, y por las reacciones de éste, el sentimiento es mutuo. Y yo que me alegro por ambos no dejo de observar su silenciosa interactividad. Era un día encantador. Pepe, con su común color ron y blanco iba para un lado y otro contento, Nadia me pilló mirándola y me sonrió.
Fue un día espléndido, sin ir más lejos.
Y, es más, fue un día para Nadia, Pepe y para mí.


Megawat me retó con...

  1. Formato: Prosa
  2. Temática: Un paseo con mi perro Pepe.
  3.  Personaje/s: Pepe, Megan y Nadia.
  4.  Escena/s explícitas dentro del relato*: Paseo por un parque.
  5. Apodo: Megawat
  6. Fecha límite: Sin límite.



[Para más retos: ¡RÉTAME!]

L O+ L E Í D O · A Y E R

Hegoak [ w i n g s]

@ ophelias_dream « Hegoak ebaki banizkion neria izango zen ez zuen alde egingo Baina horrela ez zen gehiago txoria izango » _ Mikel Laboa   [Si le hubiera cortado las alas, sería mía. No huiría. Pero si lo hubiera hecho, no sería más un pájaro]      Yo nunca fui mi pun to fuerte entre hoy, ahora y mañana la vida será otra,   las alas no más rotas las palmas ya sin cortes las zarzas sin espinas cortas las corazas fuertes como montes   Yo nunca fui mi punto de encuentro entre aquí, luego y allá me encuentro perdida,   los ojos no más rojos los labios sin morder los poemas de caza en cotos los mensajes sin responder   Yo nunca fui mi punto y seguido siempre puntos suspensivos y aquí estamos.  

a través

«Sólo se gana su libertad quien la conquista de nuevo cada día.» _Fausto de GOETHE me conquisto y abandero ¿mi revolución?: querer mi cuerpo entero, ¿libertad?: verme a través del reflejo, entre los escombros, guía la figura, atentas, miran las incógnitas, con ahínco, sopesa las sospechas: los cambios maduran y estrechan los lazos adornan y reflejan a Alicia, a la verdad tras la espesura, me resisto y desetiqueto ¿mi criterio?: personas libres ¿cordura?: soñar con delirios, descubrirme es un tesoro y las llaves en el mar profundo derrocho almíbar, ambrosía y amor, descubren contiguas, mis manos al sol, escuchan melifluas, miradas en rocío, recuerdos: escondidos en los dedos me premio y alabo me curo y me desquebrajo alzo el vuelo y aquí aparco: la huella de mi filosofía. 

pico tres-cientos (laladróndrón) [0304]

@ rebecafleur   Me cabrea tanto tu soberbia en la mirada no soy menos que tú cometes los mismos errores que yo es no hablar para que no te subas a la parra para que no me digas que soy una exagerada para que no me digas nada para que no me taches de lo que pecas para que no creas que soy de tu condición como un ladrón No estamos en el mismo saco. En tu liga yo ni salgo. En tu concepto, no ni valgo. Pero eres como él. Quieras o no aceptarlo, ya lo hablamos En cierta medida. Y aunque me digas que yo también es un argumento vago.  Yo elegí matar esa parte de mí. Y edificar otro campo allí. Sembré sobre quemado. Y así No seré lo que tú me digas. Así que borra esa sonrisilla.  Que a veces más que asco me das pena. Y no deberías simplificarte a tan poca cosa, yo creía en ti. En que llegarías a ser otra persona No tan poca cosa. Anda, hazlo por ti. No soy de tu condición. Tenlo ahí.

quiero ser un felino

  «Aprenderás a convivir //  Con las partes menos bellas que hay en ti [...]  Pero sí, de algo hay que vivir» _Aprenderás de Rigoberta Bandini estas mañanas para descansar de ti inquietud; no aquí. esa tranquilidad... dónde estará cuando se despierta la incertidumbre fuma inquietud y exhala nerviosismo, mejor no cruzarse con ella; quiero ser un felino... que no me rompan rotos ni descosidos que no me estorben humanos insustanciales ni creídos, que si molesten, arañe y sea bien visto, pero me tocó ser humana, y ahí vivo; esa paz... dónde quedará cuando sienten zen y zentauri no sale se escapa al ver a las cabras pelearse, mejor de ellas olvidarse, y existir.