Восток 6: El Vuelo de la Bella Chaika.

Igual sus grandes ojos que vieron el oscuro cielo, no eran negros,
pero lo vieron: el gran espectro negro.
Una perspectiva del espacio que nos envuelve y nos voltea, nos rodea,
nos consume, nos aprieta.
Quizás no era una mujer de feminizados rasgos, de ésas que se admiran en las revistas,
de las que todas quieren seguir por su forma de vestir, de ser, de hablar.
Probablemente no la reconocemos todo su valor y agilidad, porte y dignidad que aportó a nuestros pueblos, a su patria la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, a su juramento.

Pero ella fue condecorada por honores en el sesenta y tres.
Ella fue apodada  чайка (chaika) como la gaviota que surcó el espacio:
la primera mujer en extender las alas y volar, flotar,
visitar ese lago Baikal de estrellas que adormece a los asteroides, a nuestro planeta Tierra,
a las Vías Lácteas, a las nebulosas que se posan en su frondoso pelo y su sueño de viajar
de conocer el космос (cosmos) y reinar en el vacío, con ese silencio, glorificar su orgullo rojo
y ser y posicionarse como la primera mujer que fue ahí arriba, cualificada, y pudo ser un gran paso para los pueblos que conforman la humanidad y para el feminismo.

Nosotras ya estuvimos mirando desde otras perspectivas.

Por Valentina Tereshkova, primera mujer en el espacio (16 de junio de 1963).


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