Plastificada.

"Cayeron al agua nuevamente. Era la hora justa; ya lo marcaba en ese reloj de pulsera que todavía funcionaba dando la misma puñetera hora. Las aguas se perturbaron de la manera más ajetreada posible; hasta mí llegaron las ondas temblando. Yo sí que temblaba, y no porque se ahogara lo echado hasta el fondo, ahí todo se perdía, sino por el terror de no saber qué me encontraría esta vez. Aleteé un poco más, intrigada en qué sería la novedad del minuto. Las olas espumeantes arrojaban sollozos cada vez más fuertes y sonoros, como cuando rompen a llorar contra las rocas, y el arrecife se vuelve un sitio de culto y dolor, de silencio y reflexión. Pero no se puede luchar contra algo que te cae de encima y te ahorca como una soga, y te empuja a caer con él, y te hunde, y te sobrepasa, y te hunde más, y, o bien haces lo que dice, y te hundes, o bien luchas y mueres en el intento. Y luego ya se encargan las olas de sacarte de ese esperpento cementerio ahogado que no puede más, y te deja en la orilla más próxima a criar malvas que serán pisoteadas aunque chillen por vivir y clamen al cielo poder disfrutar de ese cielo que les llueve cuando ve tan mal panorama, de esos fructuosos vecinos que fertilizan tus ganas de crecer y creer que se puede avanzar y sobrevivir, cuando vivimos engañados y bajo dictadura civil.
El reloj marca la hora, se oye desde aquí, y mientras tanto yo nado sola, viéndolas venir. Sé que puede ser mi último día de vida, por lo que me gustaría disfrutar del agua marina que me rodea, me gustaría sentir la fortaleza que me acapara y que hace de mi íntegra existencia: mi casa, y me gustaría decirles a mis generaciones futuras tantas cosas que han de aprender cuando nazcan, caminen por la playa, disfruten y luchen por el mar, porque las olas les arrastren y les enseñen que han de seguir luchando hasta el final... Pero sé que llegó mi hora. Veo la soga encallar alrededor de mi cuello, y sé que ya poco podré respirar.
He de decidir mi próximo movimiento: luchar o rendirme a la deriva, al vaivén de los intereses de la soga, al augurio que nos deparará...
Hoy en las noticias sé que apareceré...como una más. Como una más que se ahoga. Que se hunde, que muere asfixiada en la sociedad más sucia, más malgastada, más explotada y más turbia. En la más estancada. Hoy apareceré asesinada. Y será por tu culpa, y ya no habrá vuelta atrás. Y dejo de pensar: ya se nubla mi vista, como el nubarrón que lloverá sobre este mar... Ya se nubla mi vida, siento como mis músculos deciden desistir. Veo el reloj de muñeca hundirse conmigo: marca la misma hora que siempre, la hora de mi muerte. Recojo las aletas y siento como el peso de mi alma trasciende, se escapa del caparazón y en burbuja se convierte.

Cronos me retó con...
  1. Formato: Microrrelato 
  2. Temática: Realismo mágico.
  3.  Personaje/s: Tortuga.
  4.  Escena/s explícitas dentro del relato*: (-)
  5. Apodo: Cronos
  6. Fecha límite: 3 días (desde ayer 06/06/19)

[Para más retos: ¡RÉTAME!]

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