Ir al contenido principal

INOCUO

hay mayor belleza a mi alrededor
que la que yo porte
por eso nunca me siento el centro,
me quedo mirando el borde 
 
hay abismos que ya no miran en mi interior
se quedan esperando el corte
corrigen el destino, hacen transacción
organizan la balística, atinan con lo acorde

hay distancias que cerca de tu piel son paraíso
arenas movedizas que gusta contemplar
no me alejes de allí, pero ya me fui
Lilith me fue a recoger, auné fuerzas

hay invisibles que no están nada mal
mind the gap, not my business
mind the heart, not my kisses
pero nunca entenderás ni lo que dijiste

hay sensaciones que se pasan fatal
y aun así dañan si las expresas por aquí
tiritan, estiran, mentiras, estiman, contiguas
¿por dónde andarán? Habrá que esperarlas
 
hay personalidades beligerantes que no cesan
ni alto el fuego, ni blancas banderas ni blank verse
déjame ser tu némesis acérrima,
déjame que mis acciones tan pronto calen, se sientan

hay corazonadas que a veces aciertan
a descangallar verdades que se mantenían erguidas
a descoyuntar verdades que se mantenían en números rojos
a dejar en verso los corazones rotos

hay versos que de repetirlos llegan a ser inocuos
a falta de cariño, ya no lloran los ojos
a falta de pestillo, ya no hay secretos
a falta de viajes, aprovecha al máximo cada metro
 
hay días que no sabré ni por dónde escribirme
que necesitaré un mensaje para reaccionar
que necesitaré su voz para comenzar
que querré mis piernas para poder andar
 
hay momentos que sólo siento estar
callejones sin salida que salen mal
planes sin salida de los que no puedo escapar
rupturas de cortinas que sólo las dejo estar
 
hay problemas que no me dejan vivir en paz
y meterme en ataúdes, mis almendras místicas 
y tragarme mis raíces, enterrarme hasta perder la pista
hay versos que no son para ti y aquí quedan.
 

L O+ L E Í D O · A Y E R

Maiduti

Se ve luz al final del túnel, se ve, Se ve a Maiduti aclamada por su envés: no la juzgan por su portada, quiere creer. Un nuevo deber en la agenda apuntada. Avanzan los pasos, los logros quedan cerca. Brindemos por los "ligeramente". No saborearemos el oro, pero en bandeja de plata yo se lo pondré. Se ve luz al final del sueño, se ve, del punto y coma duradero, a los tres. El continuará como dolor de barriga: podré decir que lo intenté.  ANTERIOR ["Inktober de Poemas: 4 de octubre: Maiduti"] SIGUIENTE

Buscando.

Me di cuenta tarde. Estaba efectivamente buscándote entre la gente. Tantos datos que me diste de ti y nadie coincide contigo en la calle. Temo siempre por distraerme y encontrarnos sin saber que lo hemos hecho, por eso miro a todos lados, antes de cruzar. Al frente si el semáforo está en rojo. A la muchedumbre si parece inmensa; busco quien destaque de entre la marea. Pero luego me doy cuenta de lo absurdo que todo parece. ¿Se estará dando cuenta alguien de este ridículo que estoy haciendo? Pero si nadie se percata, yo te seguiré buscando.

Hineni

Esa mirada que se esconde entre el cárdigan de tus palpitaciones y los soplos de a quien lanzas corazones es la que me intriga.   Andas siempre sonriente, con unos luceros como la noche observándome ¿qué es lo que pensaron entonces?, me pregunté ¿cuando aterricé sobre esos lunares buscando placer y encontré a dos estrellas fugaces esperando a otro viandante? No lo sé.   Hay satélites ambulantes que buscan dónde resguardarse de una soledad imparable, y buscan ubicarse, orbitando para fijarse en sólo una presencia inapagable como tú.   Pero dudo que estos hilos nos juntasen así que velo por tus sueños, desde tu olvido, y admiro desde otro sitio que esos ojos bonitos, amen a quien amen, encuentren un destinatario fiable. Esto es sólo un mensaje desde un dudoso remitente allá donde te encuentres, si me necesitas aquí estaré.  [ 29 de octubre con: CÁRDIGAN. Aportación de E udyptes] POEMTOBER SIGUIENTE

Nunca la misma; siempre diferente

Inmarcesible Que no puede marchitarse. Siempre el mismo discurso que no marchita, las mismas palabras cansinas, arrastradas, casi automáticas, sin ser románticas, siempre el mismo augurio, las mismas resignaciones prescritas, los mismos focos sobre la misma mirada de ojos: la nostalgia de poder haber sido otro quien se comiese el marrón. De los tiempos donde una se engañaba a sí misma y el reflejo le decía que no, que no eran buenos tiempos para sentir afecto ni pedir cariño, o la herencia, o la querencia en la que siempre se queda, esa estancia de indiferencia, no hay ventanas, sólo espejos y a caminar a tientas. Siempre es el mismo sermón inmarcesible en sus renglones, jugando en los laterales, recortando los bordes, sin ser extremistas opuestos, siempre conociendo las reglas, los juegos sucios, los trucos, temiendo los ases bajo las mangas, los puñales por la espalda. Siempre es el mismo resultado para quien juega en casa. Sin embargo nunca es la misma persona quien ...