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Muda de piel [2905]

Kdo v sdrci zije, neumirá 
"Quien vive en el corazón, no muere".
 
Las palabras por encima de la imagen.
Onírico corazón acostumbrado a ser abandonado.
Tres perfiles la cara dando.
Una simbiosis silbante adormece a una esencia permutable.
Son pómulos rosados, poros de mandarina hechos gajos.
 
Y para los que muchas veces preguntaron:
"So why?
Pregunta pero don't cry
Responde pero don't lie
para así mantenerte entero, en pie y sincero",
Aprenc a estimar-me, dice mi credo.
 
Las tres máscaras que embeben miedos
son tres números en ruinas descompuestos
es mi fecha de nacimiento:
naciendo con un propósito fiel al que creo,
hasta el día en que escapen de mí tus besos
aquí andaré tejiendo, ovillos de papel, en nenúfares queriendo
que suban de las aguas a flotar,
que aromaticen sus almas con espliego.

A almas ciegas suelo tocar
con palabras empapadas en hiel.
para hacer poesía sobre la piel
y perfilar con fino hilo de miel
un sentir emocional, parece que atravieso sin lograr
destruir al frágil ser, sin embargo sin empalagar,
requiere de elegir qué tecla pulsar
la melodía he de saber.

Poetisa de mente elegante con un perfil estampado
con inquietudes desde perspectivas del revés, sin engaños,
buscando liberarse de lo que construyeron sobre su censo:
se niega a ser valores preestablecidos, construidos con cemento
si hay que yacer, que sea sobre esto porque mudo de piel,
quiero sentir que no es el yeso el que rellena los huecos.
Yo elegiré cómo amanecer.
 
El ocaso pide versos
cuenta atrás, otra vez
queda menos para reiniciar
cuenta conmigo hasta tres,
y antes de que pronuncies mi nombre
yo ya no seré yo, ni aquí estaré.

L O+ L E Í D O · A Y E R

Maiduti

Se ve luz al final del túnel, se ve, Se ve a Maiduti aclamada por su envés: no la juzgan por su portada, quiere creer. Un nuevo deber en la agenda apuntada. Avanzan los pasos, los logros quedan cerca. Brindemos por los "ligeramente". No saborearemos el oro, pero en bandeja de plata yo se lo pondré. Se ve luz al final del sueño, se ve, del punto y coma duradero, a los tres. El continuará como dolor de barriga: podré decir que lo intenté.  ANTERIOR ["Inktober de Poemas: 4 de octubre: Maiduti"] SIGUIENTE

Buscando.

Me di cuenta tarde. Estaba efectivamente buscándote entre la gente. Tantos datos que me diste de ti y nadie coincide contigo en la calle. Temo siempre por distraerme y encontrarnos sin saber que lo hemos hecho, por eso miro a todos lados, antes de cruzar. Al frente si el semáforo está en rojo. A la muchedumbre si parece inmensa; busco quien destaque de entre la marea. Pero luego me doy cuenta de lo absurdo que todo parece. ¿Se estará dando cuenta alguien de este ridículo que estoy haciendo? Pero si nadie se percata, yo te seguiré buscando.

Hineni

Esa mirada que se esconde entre el cárdigan de tus palpitaciones y los soplos de a quien lanzas corazones es la que me intriga.   Andas siempre sonriente, con unos luceros como la noche observándome ¿qué es lo que pensaron entonces?, me pregunté ¿cuando aterricé sobre esos lunares buscando placer y encontré a dos estrellas fugaces esperando a otro viandante? No lo sé.   Hay satélites ambulantes que buscan dónde resguardarse de una soledad imparable, y buscan ubicarse, orbitando para fijarse en sólo una presencia inapagable como tú.   Pero dudo que estos hilos nos juntasen así que velo por tus sueños, desde tu olvido, y admiro desde otro sitio que esos ojos bonitos, amen a quien amen, encuentren un destinatario fiable. Esto es sólo un mensaje desde un dudoso remitente allá donde te encuentres, si me necesitas aquí estaré.  [ 29 de octubre con: CÁRDIGAN. Aportación de E udyptes] POEMTOBER SIGUIENTE

Nunca la misma; siempre diferente

Inmarcesible Que no puede marchitarse. Siempre el mismo discurso que no marchita, las mismas palabras cansinas, arrastradas, casi automáticas, sin ser románticas, siempre el mismo augurio, las mismas resignaciones prescritas, los mismos focos sobre la misma mirada de ojos: la nostalgia de poder haber sido otro quien se comiese el marrón. De los tiempos donde una se engañaba a sí misma y el reflejo le decía que no, que no eran buenos tiempos para sentir afecto ni pedir cariño, o la herencia, o la querencia en la que siempre se queda, esa estancia de indiferencia, no hay ventanas, sólo espejos y a caminar a tientas. Siempre es el mismo sermón inmarcesible en sus renglones, jugando en los laterales, recortando los bordes, sin ser extremistas opuestos, siempre conociendo las reglas, los juegos sucios, los trucos, temiendo los ases bajo las mangas, los puñales por la espalda. Siempre es el mismo resultado para quien juega en casa. Sin embargo nunca es la misma persona quien ...