Zenit: El Último Nadir

[ATENCIÓN: Relato más largo de lo normal]

      —Hoy es el día más esperado de todos los siglos, querido B.O.B. —dijo mientras colocaba uno de los filamentos dentro del prisma solar de cuarzo. — ¿No vas a ir a verlo?
El nombrado pareció no darse por aludido; Idpam refunfuñó, Trusei en cambio, echó una risilla cándida mientras le ayudaba a poner todo en orden.
            —B.O.B., ¿no quieres ver el amanecer? Es el acontecimiento que todos están esperando. —Idpam le hizo un gesto para que le pasara la llave inglesa de los neutrones, para atornillar bien uno de los focos que recién habían limpiado y arreglado para el Día— es… es lo que llevas tuercas esperando, ¿no? Ver la luz del sol terrestre.

Pero el tal B.O.B. siguió sin contestar. Idpam siguió con su exhaustivo trabajo y Trusei ya se extrañó que no hubiera comentado nada, por lo que le hizo un gesto a Idpam y ésta, que ya se había percatado de ello, le dio el último aviso al aludido.
            —B.O.B., por los Filamentos de Nueva Esteroide, ¿se te ha oxidado el chip lingüístico?— se dirigió con ímpetu hacia donde se encontraba el pequeño robot de hojalata y cuando llegó hasta donde estaba, tan cabreada y dispuesta a cantarle los cuarenta universos, soltó una carcajada.
            — ¿Qué pasa Doctora Idpam?— preguntó Trusei sorprendida de su reacción y apresurándose dónde estaba.
            —Adivina quién se ha quedado sin batería— hizo una pausa hasta que Trusei, al ver al pobre B.O.B. apagado y tirado, como un juguete escacharrado detrás de uno de los toneles, cerca de una de las escotillas del conducto de mensajería, rió con Idpam. Trusei se apresuró a darle las vueltas necesarias para recargarlo de energía y que éste pudiera hablar de nuevo, pero Idpam le paró a tiempo. Y la señaló que le siguiera el rollo.
—A ver, “Manivelas”, que ésta no me la juegas— dijo según se agachaba un poco hacia el robot— Que ya sabemos que te haces el escacharrado y te sabes dar cuerda tú solito.

Y Trusei, como una niña que espera ver magia sacada de la chistera de una maga o de un brujo que echa una poción a un brebaje, esperaba ansiosa a que algo ocurriera. Pero no pasó nada, y miró a Idpam extrañada. Ésta siguió mirando al robot impasible, pero calmada, y Trusei fingió hacer lo mismo.
            —Bueno, querida Trusei, éste pedazo de cachivache ya ha dado mucho de sí al parecer, y no va a dar más de… ¿Habrá que tirarlo, no? — Idpam se giró hacia Trusei y la hizo un gesto reservado que no supo interpretar si lo decía en serio o seguía “con la farsa”, y no dijo nada. —Pues, decido yo, a la caldera de la Sala de Máquinas, que igual nos sirve de combustible para propulsar con su mal genio todo el Satélite y nos puede acercar más a nuestro destino. —Hizo una breve pausa según se daba la vuelta y fingía recapitular y cambiar la estrategia de su plan y decisión, pero volvió de nuevo al plan inicial. —Sí, eso haré. Igual provoca un colapso espacio-tiempo tanta chatarra junta…

Súbitamente, como un resorte, se oyó un estruendoso ruido metálico que sonaba como si un virus informático arañase el software menos protegido del universo.
            —CRHHHHHHHHHRiiii-cri-chip-chip-bob-bob ¡Vaya chipste te traes Doctora de Hojalata Oxidada! —B.O.B por fin se irguió trabajosamente mientras rechinaban sus engranajes, no tan oxidados como siempre le decían que sonaban y se puso en pie (con apenas medio metro de altura). Se oyó la carcajada seca de Idpam al otro lado de la estancia. — ¡POR ENCIMA DE MI MAQUINARIA ME ECHAS AL FUEGO CANDENTE DE ESTE TRASTO QUE OS MANTIENE, GRAGEAS LIPOSODUBLES, VIVOS DEL ESPACIO EXTERIOR, bob-bob!
—“Manivelas” resurgió de entre la chatarra. Ya se le oye chirriar de rabia ¡JUAS, JUAS!— agarró Idpam la manivela de B.O.B. y se la guardó en el bolsillo de su bata continuando la guasa.
            —Eres la peor capitana del universo asteroidal, Dra. Idpam-bob-bob. —El pequeño robot, que había fingido quedarse sin energía manual, (a pesar de que ya era lo suficientemente independiente como para recargarse solo), anduvo unos pasos hasta ponerse a la altura de los tobillos de la Doctora Idpam. Ésta no sabía dónde meterse del fuerte ataque de risa que le había dado. Y B.O.B., a sus pies, indignado blasfemó en Raëd pero con el clásico y sutil dialecto robótico que tenía configurado en su placa de chips: “Esta mujer me trae por la vía Láctea de la amargura, por Zyrøn y la bob-bob-adas de esta raza. Y me cataplustas plastas de su raza.”

Trusei se quedó pálida como cuando se sufre la anemia que causa el escorbuto, al oírlo maldecir. Pero pronto apresuró su paso cuando Idpem más calmada les ordenó desde lejos que fueran hacia Kram, capital del Satélite, para que advirtieran a los conciudadanos de la fiesta que se celebraría después de observar el Gran Amanecer del Siglo.  Trusei contenta de oír la orden, se apresuró a subir a su dormitorio, agarrar su mochila, y meter envuelta en una servilleta, tortilla de albaricoque azul radiactivo, (colación indispensable y vital para cualquier excursión o visita  a la capital, para poder ver en la oscuridad de los suburbios)  y hacer a prisa un petate improvisado. Escaleras abajo oía rechinar a B.O.B. que ya se encaminaba hacia uno de los atajos secretos del Nave-Satélite que formaban parte de la red de conductos que conectaban una punta con otra, para facilitar las comunicaciones.

Anduvieron no tanto hasta que giraron por uno de los cruces de vías. Ya olía a pan de poya y supo que estaban cerca de los Hornos. Pronto su cara enrojeció y B.O.B. se dio cuenta de ello.
—Treitrei-bob-bob otra vez como un bermellón-bob-bob— y su rechinada risilla advirtió al joven mercader Jilm que intentaba venderle a un buen comprador lo último en innovación robótica de repostería: “La Termo-Miscelánea Carioca”.
— ¡Por las tuercas de mis prototipos, Trusei …— empezó a decir, feliz de verla por esos lares, pues hacía tiempo que no rondaban por ahí; menos que la veía. Trusei se paralizó puesto que no sabía cómo reaccionar al verlo; tampoco él, porque estaban en un espacio público. Pero la tensión se rompió cuando la encantadora carisma de B.O.B. irrumpió en el idílico universo que se había creado entre los dos:
—Por los chips descontrolados de los hormonoides que sois. O limpiáis del mondo, da y lirondo, da esas suciedades que os pensáis que os haríais… -Bob-bobos que os ponéis bob-bobos.
Y según lo dijo los aludidos se separaron de un bote cada cuál hacia un lado.
            — ¡Me lo llevo! — Dijo, finalmente el comprador.
— ¿El qué?— Preguntó Jilm, que se había olvidado completamente que estaba ahí el buen hombre— ¡Ah, pactado! Son trece bolas de anís y de regalo, este aguinaldo, porque estamos de promoción por el festejo del Gran Amanecer
Tras sopesar el precio de la Termo Miscelánea pagó y se fue agradecido por el regalo: “Que Zenit esté con vosotros en la riqueza de los oros de neón”, se despidió con enorme sinceridad.
Y justo cuando se fue, se veía predicar al turuleta de turno y se lo quedaron mirando:
            —Ya está el bocazas del Gorro de Noche de turno predicando sus zanguangadas…— chasqueó la lengua Jilm mientras volvía adentro de los Hornos. B.O.B. aprovechó para comunicarle el pedido de Idpam y así pasara la pelota del comunicado, de suburbio en suburbio, hasta que estuviesen todas las criaturas enteradas del Gran acontecimiento. Trusei, en cambio, se separó de ellos: sí que creía en ese tipo de hipótesis y se sentó a un lado de la calzada cerca de ese “bocazas” y escuchó atenta:
—Insensatos, no hablaban los Antiguos por pura empatía de los Nadires que tanto alabamos. NO, no. Zenit nos tiene cogidos por los huevos a todos, nos tiene atontados. ¡Que no vamos a amanecer! ¡Que si se apaga el cuarto es por algo, jolopë! ¡Queremos dormir, hermanos! ¡Enorgullezcámonos de esta sagrada vanagloria: somos seres nocturnos, DURMAMOS A PIERNA SUELTA!

Los pocos transeúntes que caminaban agachaban sus cabezas cuando pasaban cerca de él. Algún que otro le gritaba que era un “bocachanclas turuleta” y el aludido endureció el tono de su discurso, cojín en mano:
— ¡…Y no lo queremos reconocer! ¡Hipócritas que somos! Nuestra naturaleza es el Averno del Shinigami somnoliento, no lo olvidéis. ¡DORMIR, queremos, DORMIR! ¡Alzad vuestros pijamas y coged el peluche; HIBERNEMOS, hermanos, HIBERNEMOS como si no hubiese un mañana! El Amanecer, no existe; no hay madrugue que valga. ¡Son FALACIAS!

Al cabo de un rato, B.O.B. salió de Los Hornos, y Trusei y él retomaron su camino de vuelta. Trusei estaba bastante confundida: por un lado, entendía que todas las criaturas estuvieran ansiosas por ver el Gran Amanecer; pero por otro no había que obviar los principios que les conformaban como seres. Quedó pensativa durante un rato y al segundo después, le pareció que olía a petricor y la recordó algo lejano y nostálgico que no sabía muy bien qué era.
            —No llores por tu amado Jilm, a oscuras sin curas, todo puede irle bien-bob-bob. Salvo que tenga algún compañero travieso y quieran rechinar algún engranaje-bob-bob. Ahí, sí que saldrán chispas-bob-bob.
            — ¡Pero B.O.B. cacho guarro de manivela aflojado!— reaccionó Trusei histérica y le pegó una patada que lo hizo bob-lar hacia un lado.

Luego se arrepintió y le colocó de nuevo en pie; éste rechinó hablando en japonés y siguieron andando. Y tras un largo rato en silencio, Trusei, dubitativa, le preguntó a B.O.B. sin prestarle mucha atención a lo que ni ella misma preguntaba:
            —Oye, B.O.B., ¿qué es el Gran Amanecer?
Y cuando éste fue a contestar… se quedó sin energía, y la manivela la tenía Idpam.

 [Capítulo basado en una idea original de un relato de JC, ©]


Pro-po-siciona... JC
- Y su reto es: PROSA
- Tema: «Amanece en un satélite artificial en el que nunca han visto la luz del sol»
- Estilo: HUMOR, coña
- Personajes: (hablan En Raëd, idioma inventado)
                - B.O.B. (Un robot de hojalata que se tiene que recargar con una manivela y que tiene un sentido del humor muy particular)
                - Idpam (Mujer a cargo de la empresa eléctrica más grande del satélite y dueña de B.O.B.)

                - Trusei (Hija de un electricista retirado que vive en la zona oscura del satélite (allí dónde los habitantes se han adaptado a vivir en oscuridad)

                - Jilm (Amante de Trusei, comercial que actúa entre la zona oscura y luminosa del satélite y que mientras el suceso ocurre, a él le pilla trabajando mientras está vendiendo robots de cocinas en los suburbios de Kram, la capital del satélite y dónde tiene sede central la empresa eléctrica de Idpam)

Y el resto proposicionamos:

• Shiro: tortilla, servilleta, mochila

• Æ Schumacher: mondo, poya, petricor

• Rafah Xuloh: (continúa para la siguiente)

• El Khristos: Shinigami, anís, aguinaldo

• Mirlord: grajeas, dormitorio, peluche

• Ratonsín: sinceridad, empatía, riqueza

• RoweRavenclaw: Albaricoque, fiesta, carioca

• Kella: poción, amargura, virus

• Errose: (continúa para la siguiente)

• JC: colapso, vital, Zyrøn (El fin)

• Akasha: escorbuto, miscelánea, vanagloria

• Teima Yolape: (continúa para la siguiente)

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