Vigilia, otra Odisea...

Me ha visto amanecer la noche, y no sabía qué excusa ponerle.
Me he sentido indispuesta
y aun así he dado la vida por ella.

He colgado las ojeras de mis grises que siempre piensan:
¿qué se duerme cuando ya no quedan Zzzetas?
Y he vuelto a darle cuerda a esta cabeza
que a falta de horas con lo onírico, aprovecha
a apaciguar lloros que puedan calmar mareas.

Me has visto permanecer recta,
no sé si a pie llego antes a la meta,
pero sé que avanzo progresivamente, cada poco más contenta.

Me has contagiado las faltas y las mechas,
y ahora me toca a mí defenderlas.
Aquí se iergue la sonambulista de las velas,
porque cuando suena el vilo en vinilo,
ya sabes que es ella.

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