La cena que nunca tuvo lugar
Se había dispuesto la mesa para el reencuentro. Todo estaba preparado.
Había velas que iluminaban mágicamente el entorno que a su vez se caldeaba con
la fragancia del petricor que entraba por la ventana. La lluvia había amainado,
pero se oía intermitentemente, como si fuera una melodía arrítmicamente
tranquilizadora, el goteo del agua saliendo por el imbornal de entre las tejas.
Quedó pensativo un tiempo: quería apreciar desde el balcón la noche.
Quería que todo fuera una quimera en forma de cena. Suspiró. Podría quedarse
todo el tiempo del mundo apreciando aquel panorama sempiterno en su cabeza pero
a falta de eterno en el reloj, fugaz en el minutero.
Al volver adentro, sintió que había cierta necesidad en volverse con
esperanzas al corredor por donde más de una vez se esperaba a los mejores
invitados a la hora de comer, como ponía en el revés de su reloj de muñequera: Uebos me es, Uebos nos es. Suspiró otra
vez. Quería que ese tiempo que anotaba el espacio en silencio en el que
trasteaba fuera pródigo, que le sirviera como la antesala al mejor banquete que
podría celebrarse. Se percató, inquieto él, de que el dobladillo de su pulcra
camisa presentaba un pequeño, casi derretido, copo de nieve cristalino.
Para sí sopesó la posibilidad de que, el período que estuvo contemplando
el exterior desde su fragrante balcón navideño, afuera se hubiese puesto a
nevar. Y de repente, como un sollozo alegre se impulsó de nuevo hacia el mirador
y vio esas lágrimas de cristal cubrir con un manto del color del alba todo el paisaje.
Se apoyó sobre la punta de sus zapatos y pingó su cuerpo para respirar el
aire gélido que conseguía siempre calar hasta el último poro de su cuerpo.
Cerró los ojos para imaginarse cómo llegarían sus invitados a ese gran festín
que les había preparado, y se imaginó como parejas de matrimonio, de par en par
a todos llegando bajo el manto blanco. Unos protegiéndose la nuca por el
viento; otros riéndose y a zancadas avanzando y cayendo… Sonrió para sí, pues a
alguno se le oiría decir “mangarrán, ya te calaste las botas. ¡Sal de ahí!”.
Imaginó cómo oiría el telefonillo agudo desde la cocina, y él desde el
balcón todavía, embelesado por ese sueño. Cómo tendría que desatrancar la
puerta para que por fin entrara hasta el último neófito que pudo entrar al
colectivo por el que se los distinguía a todos. Y cómo de estrambótico vendrían
algunos de los invitados por una vez en mucho tiempo; por disfrutar de esa
velada tanto con verduras como con tajos de achura de vacuno, para públicos de
ambos mundos alimenticios. Y esta vez sonrió para sí de nuevo, porque habría
setas con bambú de guarnición y alguna otra delicia oriental que tanto gusta.
Siempre habría algún invitado mastuerzo que por patoso se le caería algo o
mancharía el mantel, “…por no perder la tradición”, volvió a sonreír.
Pero su imaginación se disipó lento cuando oyó el tintineo del reloj de
cuco marcar la hora. Se dijo: “las campanadas me dan su consentimiento, para percatarme
que otra vez me encuentro solo en esta habitación sin dueño, con el plato
carniseco que se marchitará tanto o más como el jazmín con el viento, heladamente
cálido, del sarcasmo de la quedada de este año”.
Abrió los ojos y supo que sostenía la mirada al horizonte que tanto se
confundía con su deseo de haber pasado esa cena con aquéllos que él tanto
quería, pero que nunca aparecieron.
Por esas quedadas que se quedan en el tintero.
Pro-po-siciona... EL RAFAH XULO
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PRO;
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“La cena que nunca tuvo lugar” 👻
- Personajes: Los panditas del grupo
- Personajes: Los panditas del grupo
Y el resto proposicionamos:
•
Shiro: (continúa para la siguiente)
•
Æ Schumacher: mangarrán, desatrancar y uebos
•
El Rafah Xulo: imbornal, neófito y achura
•
El Khristos: estrambótico, calar, mastuerzo
•
Mirlord: quimera, carniseco/a, sollozo
•
Ratonsín: (continúa para la siguiente)
•
RaweRavenclaw: matrimonio, consentimiento, pródigo
•
Kella: zapatos, lluvia, sempiterno
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Errose: (continúa para la siguiente)
•
JC: (continúa para la siguiente)
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Akasha: (continúa para la siguiente)
•
Teima Yolape: (continúa para la siguiente)