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Ayer

Estando a finales de mes y aún con las facturas sin pagar,
se pasa el tiempo tras la ventana del cristal.
Ve a sus vecinos jugando con la nieve,
y el sin estudiar, mira fijamente el techo
de estrellas decorado. (He de parar).

Vuelta y vuelta, en la cama está.
No ha podido sentarse a empollar.
Hoy no es su día y sin embargo, no lo será.
Hoy el cielo está triste y no es porque vaya a catear.

Antesdeayer,
a segundos de la preparatoria escuchó en las noticias:
"Dos almas más que se van";
una de ellas desconocida...
la otra no pudieron soportar sus llantos callar.

Ayer, acompañó al padre de la criatura al funeral;
ayer no lloró como con el noticiero, como hoy...
Una breve oración a pesar de la poca religión que la joven seguía.
Ayer fue un día para querer olvidar.
Pero no olvidó.

Pasan las horas y me siguen sus ojos por la habitación,
esa perfecta sonrisa abierta, congelada en la estación
cuando se fue de viaje de Erasmus...y al final no volvió.
Esa culpabilidad en mi interior,
(¡Mierda! ¿Por qué te tuviste que ir ayer?)

Quedaste retratada, grabada a fuego
desde el primer saludo hasta ayer.
Te acogiste a la vida libre, a pensar y a leer,
te perdías por tus historias
y conmigo volvías a nacer...

Pasan los minutos, (sé que volveré a recaer),
ayer que me prometí no llorar, lloré
y lloré hasta que me dormí.

Y hoy me encuentro mirando al suelo de nuevo...
Un césped bien cortado, sí.
Pasé y no recaí.
Los exámenes que juntos preparábamos,
están ahí. (Pasados...).

Al fin, dejé la rosa y me fui.
Y sin embargo, volví,
la rutina sigue así:
no te olvido y se olvidan de ti.

Vicky

L O+ L E Í D O · A Y E R

Maiduti

Se ve luz al final del túnel, se ve, Se ve a Maiduti aclamada por su envés: no la juzgan por su portada, quiere creer. Un nuevo deber en la agenda apuntada. Avanzan los pasos, los logros quedan cerca. Brindemos por los "ligeramente". No saborearemos el oro, pero en bandeja de plata yo se lo pondré. Se ve luz al final del sueño, se ve, del punto y coma duradero, a los tres. El continuará como dolor de barriga: podré decir que lo intenté.  ANTERIOR ["Inktober de Poemas: 4 de octubre: Maiduti"] SIGUIENTE

Buscando.

Me di cuenta tarde. Estaba efectivamente buscándote entre la gente. Tantos datos que me diste de ti y nadie coincide contigo en la calle. Temo siempre por distraerme y encontrarnos sin saber que lo hemos hecho, por eso miro a todos lados, antes de cruzar. Al frente si el semáforo está en rojo. A la muchedumbre si parece inmensa; busco quien destaque de entre la marea. Pero luego me doy cuenta de lo absurdo que todo parece. ¿Se estará dando cuenta alguien de este ridículo que estoy haciendo? Pero si nadie se percata, yo te seguiré buscando.

Hineni

Esa mirada que se esconde entre el cárdigan de tus palpitaciones y los soplos de a quien lanzas corazones es la que me intriga.   Andas siempre sonriente, con unos luceros como la noche observándome ¿qué es lo que pensaron entonces?, me pregunté ¿cuando aterricé sobre esos lunares buscando placer y encontré a dos estrellas fugaces esperando a otro viandante? No lo sé.   Hay satélites ambulantes que buscan dónde resguardarse de una soledad imparable, y buscan ubicarse, orbitando para fijarse en sólo una presencia inapagable como tú.   Pero dudo que estos hilos nos juntasen así que velo por tus sueños, desde tu olvido, y admiro desde otro sitio que esos ojos bonitos, amen a quien amen, encuentren un destinatario fiable. Esto es sólo un mensaje desde un dudoso remitente allá donde te encuentres, si me necesitas aquí estaré.  [ 29 de octubre con: CÁRDIGAN. Aportación de E udyptes] POEMTOBER SIGUIENTE

Nunca la misma; siempre diferente

Inmarcesible Que no puede marchitarse. Siempre el mismo discurso que no marchita, las mismas palabras cansinas, arrastradas, casi automáticas, sin ser románticas, siempre el mismo augurio, las mismas resignaciones prescritas, los mismos focos sobre la misma mirada de ojos: la nostalgia de poder haber sido otro quien se comiese el marrón. De los tiempos donde una se engañaba a sí misma y el reflejo le decía que no, que no eran buenos tiempos para sentir afecto ni pedir cariño, o la herencia, o la querencia en la que siempre se queda, esa estancia de indiferencia, no hay ventanas, sólo espejos y a caminar a tientas. Siempre es el mismo sermón inmarcesible en sus renglones, jugando en los laterales, recortando los bordes, sin ser extremistas opuestos, siempre conociendo las reglas, los juegos sucios, los trucos, temiendo los ases bajo las mangas, los puñales por la espalda. Siempre es el mismo resultado para quien juega en casa. Sin embargo nunca es la misma persona quien ...