ser tranquilidad para mi hogar, quiero
ver en ese rincón una posibilidad de vivir, no muero
inmortal en sus pensamientos pensando en veinte días sin dormir
en ese portal esperando a que la lluvia amaine, disfrutando de tu porvenir
tranquila noche en la luna pensando
tequila y choque, a este paso llegaremos lejos caminando
escueta sonrisa, por cada emoción que derrotes
libreta y cornisa, fantasías de trotes
ser brisa en una lluvia que escampe, debo
ver la orilla de un marinero sin velero
dignidad intranquila en estos versos tatuados a fuego
calamidad y manzanillas en esos besos impresos en hielo
diez y nueve días y quinientas noches quedan para vernos
diez y ocho sueños, media vida, esperan que nos quejemos
diez y más minutos, pasados los parapetos: llegada a tiempo.
