A Diez Días del Pleno Júbilo
Tras tres días de nuestro aniversario, como diría la canción,
he vuelto a empezar de nuevo.
Me he puesto en pie, y he alzado nuevo vuelo.
No he perdido el avión, pero no hay quien me quite el agobio de los novatos con alas de angustia, tiembles y zozobra. Pero sí un libro que me desinhibe de la realidad donde existo.
Una espera como acomplejada en la sala de estudios;
trazando la locura y dándole color y vida.
Y entonces sonaron las once campanadas, y la calabaza seguía siendo calabaza: aquí se viene a jugar, sin maravillas como en Alicia. A pecho, pero no habrá ninguna espada ni puñal que siendo el primer día se clave y me atraviese la espalda.
Dos horas de juegos del lenguaje, de creatividad en estado puro o principiante: segunda parte.
Y después comienza lo bueno. Estallar, vivir, soñar, reír.
Trayecto de vuelta. Un náutico a diez días del pleno júbilo,
unas compras para alimentar al cuerpo, pero antes alimentarlo con las sobras de lo que no se llevó.
Y carga y sube, y se pone a tope: nueva campaña, búsqueda de información. Estar en la misma onda. Saber bajar y subir el volumen, ponerse tope, ponerse límite. A nivel de profesional. Aplicando lo que ayer parecía tan lejano y ahora es mi vida.
Pasó el verano, toca aprender y aprehender nuevos conocimientos.
Esto, mañana pasará al ayer,
pero es en concisas palabras
mi día hoy celebrado entre guirnaldas.