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Como nieve en azabache

Dos bolitas rechonchas divagan.
Sus ojillos brillantes no se apagan.
De isla en isla hasta
perderse en tus ojos,
de sol a sol hasta
completar todos los antojos
como bombones de caja,
en pack como los tres osos.
 
Dime palabras que dejen marca
y enrédame como trazos de esbozos,
aquí toda persona saca tajada;
sé que gustan mis sorpresas, sustos, no mis ploros,
sólo como vos, personas majas
merecen oír sonidos que afloro.
 
🐼

Como bolita de cacao vuelco rechoncho.
Hocico feliz si contigo choco.
Señalé con una equis dónde quiero que me escribas
para sin quejas, hacernos de oro,
llegar al lugar, oír que silbas
desenterrar del polvo,
con destrezas, sin destrozos
gemiste, dimos con el tesoro.
 
🐼
 
Dos pompones recubiertos, de amor y pelo.
Fisionomía de plata, que extingas con besos. 
Maestría de (s)argento, cadenas de brillo argénteo,
jugador que va de Boca en boca
no es sólo un animal solitario,
cambia de mano, da vuelta a la baraja
buscan caricias las cartas, suenan baladas
se apuestan zalemas, manos amarradas:
 
si vienen de a buenas, palmas,
si vienen de a malas, zarpas.
 
🐼

Dos pandas, cuatro ojeras.
Dos palabras, uno se acerca.
Palabras calladas, noches inquietas,
tira y afloja, no pierdes nada, compromisos sin tretas,
suficiente libertad para que cuando queramos atención, se presta
nada serio, bambú y hangeo, rueda y rueda,
que la vida es corta, y ya dimos vuelta y media.

 
Panda, me retaste a hacer un:
  1. Poema

  2. Romántico

  3. Personaje/s: un panda y una pandita

  4. Escena/s o sucesos: ...

  5. Apodo:(puesto)

  6. Fecha límite: ...

 
[Para más retos: ¡RÉTAME!]


L O+ L E Í D O · A Y E R

Maiduti

Se ve luz al final del túnel, se ve, Se ve a Maiduti aclamada por su envés: no la juzgan por su portada, quiere creer. Un nuevo deber en la agenda apuntada. Avanzan los pasos, los logros quedan cerca. Brindemos por los "ligeramente". No saborearemos el oro, pero en bandeja de plata yo se lo pondré. Se ve luz al final del sueño, se ve, del punto y coma duradero, a los tres. El continuará como dolor de barriga: podré decir que lo intenté.  ANTERIOR ["Inktober de Poemas: 4 de octubre: Maiduti"] SIGUIENTE

Buscando.

Me di cuenta tarde. Estaba efectivamente buscándote entre la gente. Tantos datos que me diste de ti y nadie coincide contigo en la calle. Temo siempre por distraerme y encontrarnos sin saber que lo hemos hecho, por eso miro a todos lados, antes de cruzar. Al frente si el semáforo está en rojo. A la muchedumbre si parece inmensa; busco quien destaque de entre la marea. Pero luego me doy cuenta de lo absurdo que todo parece. ¿Se estará dando cuenta alguien de este ridículo que estoy haciendo? Pero si nadie se percata, yo te seguiré buscando.

Hineni

Esa mirada que se esconde entre el cárdigan de tus palpitaciones y los soplos de a quien lanzas corazones es la que me intriga.   Andas siempre sonriente, con unos luceros como la noche observándome ¿qué es lo que pensaron entonces?, me pregunté ¿cuando aterricé sobre esos lunares buscando placer y encontré a dos estrellas fugaces esperando a otro viandante? No lo sé.   Hay satélites ambulantes que buscan dónde resguardarse de una soledad imparable, y buscan ubicarse, orbitando para fijarse en sólo una presencia inapagable como tú.   Pero dudo que estos hilos nos juntasen así que velo por tus sueños, desde tu olvido, y admiro desde otro sitio que esos ojos bonitos, amen a quien amen, encuentren un destinatario fiable. Esto es sólo un mensaje desde un dudoso remitente allá donde te encuentres, si me necesitas aquí estaré.  [ 29 de octubre con: CÁRDIGAN. Aportación de E udyptes] POEMTOBER SIGUIENTE

Nunca la misma; siempre diferente

Inmarcesible Que no puede marchitarse. Siempre el mismo discurso que no marchita, las mismas palabras cansinas, arrastradas, casi automáticas, sin ser románticas, siempre el mismo augurio, las mismas resignaciones prescritas, los mismos focos sobre la misma mirada de ojos: la nostalgia de poder haber sido otro quien se comiese el marrón. De los tiempos donde una se engañaba a sí misma y el reflejo le decía que no, que no eran buenos tiempos para sentir afecto ni pedir cariño, o la herencia, o la querencia en la que siempre se queda, esa estancia de indiferencia, no hay ventanas, sólo espejos y a caminar a tientas. Siempre es el mismo sermón inmarcesible en sus renglones, jugando en los laterales, recortando los bordes, sin ser extremistas opuestos, siempre conociendo las reglas, los juegos sucios, los trucos, temiendo los ases bajo las mangas, los puñales por la espalda. Siempre es el mismo resultado para quien juega en casa. Sin embargo nunca es la misma persona quien ...