En línea
Mientras caminaba por el andén, comprobé el móvil que se habían dejado en el asiento en la anterior parada. El tren llegó puntual como me indicaba el mensaje. A pesar de ser la única persona allí, sentía una presencia cerca.
»Mensaje nuevo: “¿Estado?”.
Miré el perfil del único contacto con el que podía hablar:
“En línea”, envié.
»Mensaje recibido: “Corre. Pronto no”.
El frenazo del metro hizo que se me cayera el móvil en el asiento. ¿¡A qué se refería?! Pero realmente entré en pánico cuando en el reflejo de la ventana sólo se veía al nuevo inquilino, de ese tren maldito, móvil en mano.
[Escrito para el concurso:
Escuela de Escritores, Madrid, 2022]
Pero no sonó la flauta.