Con la angustia en los talones
Finales de agosto ha arrastrado tragedias al igual que giros argumentales que nadie se esperaba hasta llegar a septiembre. Casi como en una película de Almodóvar acabamos donde estamos.
Me planteé entrenar mi músculo creativo con uno de esos proyectos locos que tanto gustan y con los que mucha gente participa pero estos meses han sido matadores, la verdad. Con la angustia en los talones y la vigilia acompañándome cada noche, hemos tenido un comienzo de curso que ha ido a rebufo, como un bazucazo que te deja tonto.
Pero espero pronto recuperar la tendencia zentauri a escribir, disfrutar escribiendo y regalarte una sonrisa con lo que escriba. La emoción medida que toda persona se merece para darle un poco de chispa a la vida.
Gracias por leerme.