Navidadestruidas
¿Cómo serán las navidades? Se preguntan muchas y muchos.
¿Serán iluminadas o de tonalidades gris oscuro?
¿Habrá regalos?
¿Habrá abrazos?
Pero con preguntas erróneas vamos a dar en tontos.
Ni siquiera sabemos cómo están al otro lado del mundo. ¿Acaso te lo preguntas? ¿O lo estás ignorando?
Te cubres los ojos con papel de regalo y deseas que nieve pólvora y surjan los milagros.
Eso haces, eso hago.
Es cobarde. Es cínico. Es deleznable. Es humano.
Esas luces en otra ciudad son misiles que nadie se ha ganado.
Esos villancicos tonantes son bombas que nadie ha demandado.
Esos regalos militares son heridas en cuerpos atravesados.
Esas balas de metralla son post-datas entre países que ningún civil ha deseado.
Hay propósitos de Nuevo Año que no son sólo salir de una pandemia que se acelera con cada despreocupación que desarrollamos.
Hay ojos que ya no miran ni para delante ni para otro lado.
Pues se han quedado sin brillo, oscuros como el alquitrán que de su país han sacado, explotando.
Y podría continuar rimando
pero ya te sabes por dónde va el discurso, ¿a que sí?
Por eso no deberíamos quejarnos
porque las navidades consumistas con las que el sistema nos ha drogado,
ya nos han sedado nuestras inquietantes rebeldías
que parece que teníamos
sólo porque nos tocaron nuestros egos y nos hicieron caer de ciertos peldaños.
No deberíamos quejarnos
porque hay otros finales de año más nevados:
entre polvo, memorias destruidas y andamios.
#navidaDESTRUIDAS