Ir al contenido principal

Noises Bo!

Black Swan, Cisne Negro
Obsesión.
Ansias que recorrían mis venas.
"Eso era, sí, eso era."
Ganas de ser perfecta.
Jugando con tus blancos y mis ojos en sombras,
escondiéndome en los focos y los negros de las plumas,
aquéllas que me preceden cuando me siento decidida a actuar.

Reflejos.
Son mis alter ego sonriendo,
carcomiéndome por dentro:
"Quiero salir, quiero salir.
Huir de aquí. Sí. Eso quiero."
Recoger las alas, plegar la calma, despegar irradiada,
no sentirme irritada
ni por ti, ni por tu envidia, tu regocijo, tu tergiversación, ni por mis dominios;
quiero ser como ella:
la locura perfecta.

Obsesión.
Girar, y girar, y no encontrarme con aquello que me hace brillar ante la incandescente luz:
ilumíname. "Seré yo, seré yo. Seré la mejor."
Aspirar a lo mejor, denigrándome, y anteponiendo mi superación,
mi futuro, sin tenerme en cuenta ni conmigo, ni sin mi pasado. Soy toda imperfección.
Soy el rostro desfigurado de lo que quiero ser y no he sido nunca. Soy un payaso humillado, pulcro, impoluto, inmaculado que quiere conocer la verdad:
¿cómo puedo llegar al reconocimiento de aquello que me mata por dentro?

Retos.
Y más retos. Presión, retoques, espejos.
Golpes en el pecho, vuelcos al corazón,
despechos; espaldas abiertas, heridas abiertas,
costras en el alma, pensamientos contrapuestos.
Un mordisco, y no a la manzana, aunque si al pecado naciendo como cisne del infierno.
Aleteo, aleteo, suave, aleteo.
Una mirada a aquello que deseo,
una lágrima por aquello que pierdo,
me pierdo en mí, mi mirada perdida entre los espejos. Delirio, empiezo. Inconexo.
"Es sólo un rasguño de nada", confieso.
Todo es carnaval, salvo entre lagos,
entre celos, entre malos estragos.

Pasión.
Y no considerada. Traición, y yo no quiero nada. Acoso, cierro mis alas.
Quiero hundirme y no pensar en nada. Seducirme, ser mala.
Ser cisne en aguas claras.
Ser el cisne y enturbiarse las aguas.
Blanco, pulcro, impoluto, parco, obediente, rígido, estricto, encorsetado.
Angelical, llorado, desvalorizado, condescendiente, melifluo, mermado.
Quiero sentir el oscuro impulso que me torna a malvado.
Negro, impulsivo, pecaminoso, corrosivo, alocado, sensual, erótico.
Encarnado, admirado, temido, contorsionado, soberbio, regocijado, envidiado.
Ser peligro para cualquier interesado. Puro pecado, carmín en los labios,
ser robado, colocado, extasiado, desubicado. Transgresor.

Reconocimiento.
Renacer reencarnado.
Dejar de ser infante a ser determinado.
Ser puro sentimiento sobre el escenario: cautivar con mis movimientos,
mi modestia y mi metamorfoseado rostro a aquellos que observan impactados.
Olvidarme de la flor que guardaba precavida y acariciada entre las rosas,
las piernas tímidas ahora aflojan, ahora resisten caídas, ahora son carne frondosa,
ahora ya sepulto mi losa, el último acto, el clímax por todo lo alto.
Ya no soy la "dulce niña" del caramelo rosa inexperimentado,
ya no quiero ser la princesita que te demuestra ser obediente,
ahora soy otra. Ahora extiendo mi confianza y juego con mis antifaces
ahora las máscaras se adhieren a mis ojos: "ahora lo veo todo claro..."

Determinación.
La cobarde huyó despavorida, no hay sitio más que para las atrevidas.
Ahora sí que lo siento, y no me disculpo por ello. Destruyo fácilmente mis adentros,
lo siento, sí, lo siento.
Ya no hay Lilits que seduzcan pérfidas,
ni Evas ni Ninas, ni manzanas, ni costillas...
Sólo caída. "Lo he sentido..."

Perfección.
Es lo que saboreo.
"Lo he sentido perfecto."
Ya sólo veo,
un foco que esclarece el cielo:
ya no hay demonios dentro.

L O+ L E Í D O · A Y E R

Maiduti

Se ve luz al final del túnel, se ve, Se ve a Maiduti aclamada por su envés: no la juzgan por su portada, quiere creer. Un nuevo deber en la agenda apuntada. Avanzan los pasos, los logros quedan cerca. Brindemos por los "ligeramente". No saborearemos el oro, pero en bandeja de plata yo se lo pondré. Se ve luz al final del sueño, se ve, del punto y coma duradero, a los tres. El continuará como dolor de barriga: podré decir que lo intenté.  ANTERIOR ["Inktober de Poemas: 4 de octubre: Maiduti"] SIGUIENTE

Buscando.

Me di cuenta tarde. Estaba efectivamente buscándote entre la gente. Tantos datos que me diste de ti y nadie coincide contigo en la calle. Temo siempre por distraerme y encontrarnos sin saber que lo hemos hecho, por eso miro a todos lados, antes de cruzar. Al frente si el semáforo está en rojo. A la muchedumbre si parece inmensa; busco quien destaque de entre la marea. Pero luego me doy cuenta de lo absurdo que todo parece. ¿Se estará dando cuenta alguien de este ridículo que estoy haciendo? Pero si nadie se percata, yo te seguiré buscando.

Hineni

Esa mirada que se esconde entre el cárdigan de tus palpitaciones y los soplos de a quien lanzas corazones es la que me intriga.   Andas siempre sonriente, con unos luceros como la noche observándome ¿qué es lo que pensaron entonces?, me pregunté ¿cuando aterricé sobre esos lunares buscando placer y encontré a dos estrellas fugaces esperando a otro viandante? No lo sé.   Hay satélites ambulantes que buscan dónde resguardarse de una soledad imparable, y buscan ubicarse, orbitando para fijarse en sólo una presencia inapagable como tú.   Pero dudo que estos hilos nos juntasen así que velo por tus sueños, desde tu olvido, y admiro desde otro sitio que esos ojos bonitos, amen a quien amen, encuentren un destinatario fiable. Esto es sólo un mensaje desde un dudoso remitente allá donde te encuentres, si me necesitas aquí estaré.  [ 29 de octubre con: CÁRDIGAN. Aportación de E udyptes] POEMTOBER SIGUIENTE

Nunca la misma; siempre diferente

Inmarcesible Que no puede marchitarse. Siempre el mismo discurso que no marchita, las mismas palabras cansinas, arrastradas, casi automáticas, sin ser románticas, siempre el mismo augurio, las mismas resignaciones prescritas, los mismos focos sobre la misma mirada de ojos: la nostalgia de poder haber sido otro quien se comiese el marrón. De los tiempos donde una se engañaba a sí misma y el reflejo le decía que no, que no eran buenos tiempos para sentir afecto ni pedir cariño, o la herencia, o la querencia en la que siempre se queda, esa estancia de indiferencia, no hay ventanas, sólo espejos y a caminar a tientas. Siempre es el mismo sermón inmarcesible en sus renglones, jugando en los laterales, recortando los bordes, sin ser extremistas opuestos, siempre conociendo las reglas, los juegos sucios, los trucos, temiendo los ases bajo las mangas, los puñales por la espalda. Siempre es el mismo resultado para quien juega en casa. Sin embargo nunca es la misma persona quien ...