Ovillo de lana
Mi noche sigue a tu mañana.
Desvivo entre semana;
no hay momento más incómodo
que no sentir tu dedo en mi espalda.
Un abrazo que se queda corto
un corazón medio roto,
no hay más tiritas en la caja.
Buen día te fuiste a enamorar de este loco.
Cada día me siento más como un ovillo de lana
que da vueltas y vueltas en la cama
sin encontrar lo que piensa, trastocando teclas, tocando fibras concretas
no quería encandilarte, mi dama.
Ahora tengo razones para quedarme despierta
para no irme con Morfeo a que me calle con besos o con dagas.
Antes pensé que no podría caer
ahora que te conozco, de tus caminos las piedras retiraré
aunque pegue unos cuantos traspiés, no me esperes,
Cada día me acurruco más cuando siento que llueve dentro,
me olvido de que hay tanta gente cuando voy en metro,
me escondo en mis pupilas y entre nenúfares me sumerjo.
Ahí siempre podrás buscarme si no sabes dónde me encuentro.
Y si no, búscame donde me dejaste:
seguramente haya retales de mí presos.
Cada día me siento en mayor enredo
pero es que no hay otra vida sana
para curarme las mañanas
por eso me acurruco como feto
en mi triste ovillo de lana.