Me quedé sin tiempo, el reloj lo sabía, marcaba cada pausa cuando la había, pero no señaló los últimos segundos que tenía unas preguntas de más estropearon el momento: «tan cerca y a la vez tan lejos», lo sabías, pero no querías; me quedé sin tiempo. Ahora pienso dónde estará el minutero, la cuenta atrás regresiva, el aguante, la esperanza, sólo hay silencio dónde estará la llave que me regalaste, para darte cuerda, que no te gastes porque hay tesoros que entierro para ver florecer almendros. Pero hablé de más, tenía que haber interrogado menos. Ahora el reloj acusa sin piedad: hablaste de más, callar no es menos. Habrá que recular; en la montaña arde un incendio que habrá que apagar, pero se tirará más leña al fuego. Tendré que perdonar, y pedir perdón al menos dentro de poco llegará navidad, y no querría echarte de menos, porque reconocer los errores no está de más pero si tardo mucho, me quedaré sin tiempo.