Cuando se tienen que ir, se van

La fragilidad de los corazones es muy traicionera,
pero cuando se tienen que ir, se van.
Sea por metástasis o por otra enfermedad.
Cuando se tienen que ir, se van.

La luz que se ve al final del túnel tiene su final,
puede que se solucione todo, dejando al resto atrás
o puede que se lleve todo, dejando un recuerdo antes de irse al más allá.
Pero hay que entender que si se tienen que ir, se van.

La hora justa marca el momento,
y el tiempo marca la hora exacta
unos minutos menos, el latido llega a su sueño
y la vida se va de su dueño.

La despedida se hace a la manera y medida que se quiera,
las lágrimas limpian los rostros humanos, tanto por dentro como por fuera
y los ojos que una vez te miraron, ahora miran los cielos sabiendo que no volverás a nuestro lado.
Cuando supiste que te tenías que ir, en silencio te fuiste.

Ahora quedan las vivencias y otras cosas,
ahora dejas un poso en nuestras memorias,
recibes la bendición de tus cercanos
y te nos vas al otro lado.

Descansa en paz, Fausti




Vicky

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