tendida en la (ante)sala de estar
en el vórtice de un llanto
acuna la vida en su manto
a lo que se cree como dios
una invención que justifique tanto dolor,
no debería ni respirar
pero yo, como mi otro dios
respiramos sin compasión
en el vértice de mi desdichado corazón
late a ritmo de un tango, una canción
a lo que llamaremos anxious, cómo no
una angustia que modifique
los compases de esta expansión
portadora de sentimientos, de mucha tensión;
admiramos sin emoción.
en el filo de una navaja
el mundo se (de/a)clara
de mal en peor,
un verso ténebre*
una pompa fúnebre
una tenue aclaración
en el lugar donde residen mis palabras,
allí acomoda su caos interior.