Dos post-it amarillos
con notas que su dueña no va a leer más.
Estudios, aprendizajes que en el metro se quedarán,
podría recogerlos el
personal de limpieza, pero pasarán
a ser parte de un conjunto de trazos feos
en honor al descubrimiento en tren.
Son malos tiempos para el papel
sino se sabe emplear bien.
Sólo para apuntes se destina
o para recordar un temario bien.
Eran dos post-it amarillos
abandonados en el asiento contiguo
al que
me senté.
Ahora son dos anotaciones que guardo en el bolsillo
que en algún
cuaderno pegaré.