Soneto de despedida

Mides mis palabras
odias mis silencios,
acurrucan tus dagas
mis desesperados dedos;


Adoras los sacrificios
que decoran mi féretro,
y destrozas con avidez
mis quiebros.


Ríndete a pensar
que no siempre
dos más dos son tres,


y déjame naufragar
para poder decir al fin,
una despedida cuando marches.
Vicky
(11/09/16)

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