Júbilo se escribe con uve
Han pasado los 90 y suma tres abriles más. Pero la rosa sigue siendo rosa aunque, a pesar de los años, los pétalos vayan callando los recuerdos y la memoria no acoja ya tantos abrazos; los colores de antaño, ya apagados. Grisáceos; la rosa sigue siendo rosa viviendo en el Jardín de sus Alegrías, desde el júbilo hasta "lo mucho que hay que vivir en esta vida". Hay imperfecciones, en cualquier ser vivo, y la Vencedora Reina aún no se ha rendido; de entre las espinas que aparenta, las arrugas del tiempo envejecido, y por entre las miradas tiernas, nosotros, los agradecidos. Y sin embargo, la rosa sigue siendo rosa y sus pétalos se contagian de y por todo lo vivido y la fragancia envolvente, en sus palabras un continente, de su boca, un confidente: su propia historia, y de su herencia, la victoria del pleno existir. Júbilo se escribe con uve, y mi nombre viene por ti por ser esa rosa que alumbra con esperanzas, otra enérgica manera de vivir. Dedicado